LOS ÁNGELES, California.- Una grabación en la que se observan policías de Los Ángeles aparentemente arrastrando el cuerpo del adolescente José Méndez después de matarlo a tiros en Boyle Heights hace un año, es parte de la evidencia que la familia del menor incluyó en una demanda interpuesta este miércoles ante una corte federal pidiendo castigo para dos agentes involucrados.
Una familia hispana demanda a Los Ángeles por la muerte de su hijo a manos de la policía
Los Méndez presentaron un video que aseguran que demuestra que los agentes mataron a su hijo José de 16 años y trataron de ocultar evidencias.


Para el abogado de los Méndez, Arnoldo Casillas, dicha filmación es “otro horrible ejemplo del abuso policiaco y del asesinato de niños en el este de Los Ángeles”, donde al menos tres jóvenes hispanos han muerto en balaceras con elementos de corporaciones policiacas en el último año.
Esta demanda, en contra de la ciudad y la Policía de Los Ángeles (LAPD), se presenta un día después de que la Comisión de Policía determinó que el incidente en el que Méndez perdió la vida no violó las políticas de la agencia, tal como opinó el jefe de esa corporación, Charles Beck.
Vídeo que a juicio de los demandantes prueba el abuso policial
Un comunicado de la Policía indica que Méndez, de 16 años, conducía un auto robado cerca de la esquina de las calles Lorena y Sexta la noche del 6 de febrero de 2016, cuando una patrulla le marcó el alto. El chico se estacionó en la entrada de una cochera privada y les mostró una escopeta recortada, lo que resultó en el tiroteo en el que falleció, cita al parte policiaco.
La corporación no comentó sobre la querella ya que evita opinar sobre asuntos legales pendientes.
Los padres de Méndez y el abogado Casillas alegan que la muerte del adolescente no se justifica porque no trató de atacar a los policías y reclaman que los agentes sacaron el cadáver del auto para ocultar evidencias y “contaminar” la escena del supuesto crimen.
La autopsia indica que el chico falleció por 19 lesiones atribuidas a disparos.

“Él (Méndez) estaba muerto, casi se caía el lado izquierdo de su cara (por las balas), no había razón para mover el cuerpo”, dijo en una conferencia Casillas, afirmando que los agentes cortaron el cinturón de seguridad para sacar el cadáver del coche y dejarlo tendido en la banqueta, a 30 pies del sitio donde murió.
El LAPD ha identificado a los oficiales que participaron en este tiroteo como Josué Mérida y Jeremy Wagner, quienes -según la defensa legal de los Méndez- han estado involucrados en otros tiroteos fatales. Ambos son citados en la demanda.
“El video muestra que lo arrastran, lo revisan, le ponen las esposas y lo dejan ahí por ocho minutos hasta que llegan los paramédicos. No le ofrecen CPR (resucitación cardiopulmonar, ni atención importante”, agregó Casillas.
Un reclamo similar se escuchó en el caso de Jesse Romero, de 14 años y quien perdió la vida tras un tiroteo con agentes del LAPD en Boyle Heights en octubre. Un video muestra los instantes que siguieron a la balacera que le costó la vida al chico, quien parece agonizar sin que nadie le preste atención.
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'Despedazaron el cuerpo'
La familia Méndez planeaba solicitar a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y al Departamento de Justicia (DOJ) que analicen este caso, alegando que en los últimos 25 años la Fiscalía del condado de Los Ángeles no ha castigado a los policías que han matado a tiros a civiles.
“Con la muerte de mi hijo se murió toda mi familia, todas las ilusiones”, expresó con lágrimas Juan Méndez, padre del menor. “Esto es lo que quedó de mi hijo, ellos lo mataron”, señaló levantando la urna fúnebre que en su interior contenía las cenizas de su hijo.
“Despedazaron el cuerpo. ¿Por qué tanta crueldad, tanta saña?”, agregó el señor Méndez, quien se gana la vida en la cocina de un restaurante.
José Méndez era el séptimo de nueve hermanos. El joven se escapó en enero (un mes antes de morir) de un centro que ayuda a chicos conflictivos en Chatsworth, en el noroeste del condado de Los Ángeles, al cual entró por órdenes de un juez. La Policía lo detuvo por pintar grafito y vagar por las calles. El adolescente dejó de ir a clases en la secundaria Roosevelt en abril de 2015.
Sin embargo, el señor Méndez aseguró que su hijo, a quien apodaban ‘Perruzi’, por el astro del fútbol, demostró que quería reformarse. Este miércoles, él lo recordó como un niño bromista, cariñoso, que ayudaba a su madre en las labores domésticas y que amaba al balompié.
“Era un buen muchachito”, dijo.
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