Tres muertes en California por pistola eléctrica evidencian el peligro de estas armas

En los últimos cuatro meses tres confrontaciones policiales concluyeron con el fallecimiento del sospechoso tras recibir descargas de un Taser, un dispositivo cuyo uso se fomenta frente al arma de fuego.

Presentación de armas Taser en febrero de 2016 en Francia.
Presentación de armas Taser en febrero de 2016 en Francia.
Imagen Alain Jocard/AFP/Getty Images

LOS ÁNGELES, California.- Al menos tres personas han fallecido en el sur de California durante los últimos cuatro meses luego de ser disparadas por la Policía con pistolas de descargas eléctricas –comúnmente conocidas por su marca, Taser-, unos incidentes que vuelven a cuestionar la conveniencia y la forma de uso de estas armas por las fuerzas del orden en situaciones de confrontación con sospechosos.

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Solo en el condado de Los Ángeles dos individuos fallecieron durante la última semana tras ser impactados con corriente eléctrica estimada de 50,000 voltios (el estándar de un Taser) cuando se resistieron a obedecer las órdenes de los oficiales.

El último caso ocurrió durante la noche del martes cuando un hombre de unos 60 años que habría estado haciendo amenazas criminales salió de su vivienda y adoptó una actitud de enfrentamiento con los policías, que usaron un Taser para reducirle. El sujeto fue declarado muerto en el lugar.

El viernes, la Policía de Pasadena respondió a varias llamadas que alertaban de una persona que estaba en un apartamento actuando de forma errática y que tenía un cuchillo. Cuando los oficiales acudieron al domicilio forcejearon con el sujeto y le dispararon tres veces con una pistola eléctrica. El hombre, Reginald Thomas Jr., de 35 años, que fue descrito como un enfermo metal, falleció en la casa.

El 2 de julio, un hispano de 32 años identificado como Vincent Valenzuela perdió la vida después de que dos agentes emplearan una pistola eléctrica para reducirle. La Policía de Anaheim, en el condado de Orange, fue alertada de que un individuo habría estado siguiendo a una mujer por la calle. Los agentes hallaron al sospechoso (Valenzuela) en una lavandería, donde comenzó una confrontación física. Valenzuela intentó huir pero fue derribado a la entrada del comercio, donde los agentes detonaron las descargas.

Valenzuela, quien sufría de bipolaridad, nunca se recuperó. Permaneció en coma inducido en un hospital y fue desconectado del respirador artificial el 10 de julio.

Video Así fue el arresto de Vincent Valenzuela, el hispano que murió tras el enfrentamiento con la policía

Según una base de datos del periódico The Guardian sobre fallecidos a manos de policías en Estados Unidos, en lo que va de año 17 personas han muerto por Taser. En esa lista no se incluye el caso de Valenzuela –que está clasificado como ‘muerto bajo custodia policial’- ni los dos recientes del condado de Los Ángeles. California, Florida y Texas encabezan la lista de fallecidos por Taser en 2016. En 2015, hubo 49 víctimas de Taser.

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Armas ‘menos letales’

El empleo de estas pistolas eléctricas ha proliferado en los últimos años como una alternativa a la fuerza letal de un arma de fuego y ante las críticas de abuso policial. El alcalde de Chicago, por ejemplo, anunció en diciembre de 2015 que duplicaría el arsenal de estos dispositivos que, si bien no disparan balas, no son inofensivos.

Las descargas están diseñadas para dejar al sujeto en un estado de shock muscular temporal que permita a los policías reducirlo. Un estudio publicado en 2014 por Circulation, un boletín de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), indicó que el impacto de un Taser puede causar un paro cardíaco, aunque calificó el riesgo de ‘bajo’.

La empresa fabricante – Taser International- con sede en Arizona ha recomendado a las fuerzas del orden no usar sus pistolas contra el área próxima al corazón de la persona que se intenta inmovilizar.

Las directrices federales sobre el uso de armas eléctricas clarifican que estos aparatos han de ser considerados ‘menos letales’ y no ‘no letales’, y se detalla los casos en los que se sabe que pueden ocasionar la muerte de una persona.


“Los oficiales deben estar entrenados para entender que aplicaciones repetidas y ciclos continuados (de descargas con armas eléctricas) pueden aumentar el riesgo de muerte o lesión grave y deberían ser evitadas”, se lee en el documento de 2011 avalado por el Departamento de Justicia.

Un gran jurado en el condado de San Barnardino –sur de California- determinó que la ‘gran mayoría’ de las muertes ocurridas en ese territorio a causa del uso de un Taser se debió a que las víctimas fueron disparadas varias veces. El tribunal determinó que era necesario revisar las políticas de uso de estas armas.

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La población más expuesta a sufrir problemas de salud si recibe una descarga de un Taser incluye a mujeres embarazadas, ancianos, niños, personas de complexión débil, con enfermedades cardiacas o mentales y bajo la influencia de alcohol o drogas.

En los casos recientes en California, uno de los fallecidos tenía más de 60 años y los otros dos fueron descritos como personas con trastornos mentales.

La polémica por el uso de las pistolas eléctricas no es nueva. Según Amnistía Internacional, entre 2001 y 2013 fallecieron en EEUU 540 personas tras ser impactadas por una pistola eléctrica de la Policía.

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