Se disparan las salidas voluntarias en la primera ciudad santuario de California en la era Trump

Santa Ana, la primera localidad californiana que salió en defensa de los indocumentados durante el nuevo gobierno federal, ha registrado un incremento en la cantidad de mexicanos que tramitan el retorno a su país.

Video Santa Ana promulgó la ordenanza de ciudad Santuario y rechazó políticas antiinmigrantes

LOS ÁNGELES, California.- A principios de diciembre de 2016, mientras Santa Ana se convertía en la primera "ciudad santuario" de California que desafiaba al gobierno de Donald Trump, en distintos lugares de esa localidad había mexicanos que empacaban sus maletas ante el temor de que se ejecutara el plan migratorio del entonces presidente electo, que incluía operativos y expulsiones masivas.

Desde entonces ha ido incrementando el éxodo de indocumentados en ese municipio, a pesar de que su Concilio, cuyos siete miembros son hispanos, prometió defenderlos del patrullaje del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Video Santa Ana promulgó la ordenanza de ciudad Santuario y rechazó políticas antiinmigrantes

Del 1 de enero al 31 de marzo, el Consulado de México en Santa Ana expidió 31 trámites denominados Menaje de casa, una exención del pago de impuestos que facilita a sus connacionales regresar a sus comunidades con algunos bienes adquiridos en Estados Unidos que sean de uso familiar (como ropa, muebles, electrónicos, libros y obras de arte que no sean parte de una colección). Se trata de un incremento de más de 100% en la realización de ese trámite si se compara con el primer trimestre del año pasado (cuando se aprobaron 12).

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“Hablamos de una tendencia hacia arriba en el corto plazo”, dijo a Univision Noticias el cónsul de México en Santa Ana, Mario Cuevas, refiriéndose a que cada vez más mexicanos notifican que retornarán a sus ciudades de origen. “Hay gente que se está yendo por la incertidumbre de lo que pueda pasar. Ellos dicen: ‘La cosa se está poniendo difícil y no me voy a esperar a que empeore”, agregó.

El diplomático cree que los registros de su consulado no registran con precisión las salidas voluntarias, indicando que varios quizás se fueron con un par de maletas y sin reportarlo.

Cuevas considera que la disparidad entre la tendencia observada en su sede diplomática quizás se deba a que ahí radican más inmigrantes recién llegados de México, predominando los originarios de Guerrero, Michoacán, Jalisco y Puebla. “Los que viven en Santa Ana han estado menos tiempo aquí”, dijo.

‘No sabemos lo que va a pasar’

Cerca de Santa Ana, una mujer que pide llamarse Luisa avanza con los preparativos para regresar a Hidalgo, su estado natal. Desde su llegada a Estados Unidos hace 17 años ha ido construyendo una vivienda en su pueblo con los ingresos que ha acumulado. Siempre acarició la idea de volver con los suyos, pero jamás se imaginó que lo haría empujada por la ansiedad le genera la posibilidad de su detención por ICE.

“A como está la situación no sabemos lo que va a pasar”, comenta esta mujer que aún no sabe la fecha en que partirá hacia México. Durante las últimas semanas, su prioridad ha sido trabajar lo más posible para ahorrar más dinero (que se le multiplicaría por la crisis del peso) y tramitar todos los documentos para que sus dos hijas, nacidas en Estados Unidos, puedan estudiar y vivir allá sin problemas.

Su principal temor, dice ella, es que la deporten sin tener nada preparado. “ Se está oyendo lo de las redadas muy cerca y no podemos pensar que no nos va a tocar”, comenta esta inmigrante.

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En el condado de Orange, donde se encuentra Santa Ana, habitan alrededor de 247,500 inmigrantes sin un estatus legal, esto es casi una cuarta parte de los 814,000 indocumentados que viven en Los Ángeles, según un reporte del Instituto de Política Pública de California (PPIC).

Por eso no sorprende que entre los detenidos por ICE en febrero, 41 estuvieran en Los Ángeles y 16 en Santa Ana. En total, hubo 160 arrestados en el sur de California.

En el bastión del KKK

La declaración que hizo Santa Ana hace cuatro meses –que se suma a la decisión de cerrar una cárcel de ICE– tiene simbolismo por ser la primera “ciudad santuario” en uno de los condados más conservadores de California. Es cuna del movimiento antiinmigrante que impulsó la Proposición 187, que pedía negar servicios básicos a los hijos de los indocumentados a nivel estatal y que ha sido bastión del grupo supremacista Ku Klux Klan (KKK).

Esta resolución adoptada por Santa Ana establece que la policía local no debe detener a personas por su estatus migratorio, debe prevenir el perfil racial y que cada departamento de la ciudad proteja la información de sus habitantes. Asimismo, prohíbe destinar recursos para colaborar con ICE o indagar y divulgar la situación migratoria de sus residentes.

Casi 80% de los 340,000 habitantes de Santa Ana son hispanos. Su creciente influencia no solo se observa en un Concilio enteramente latino, sino en sus negocios. En la calle Cuarta, en el centro de la ciudad, un enjambre de letreros en español confirma quién es el grupo étnico que domina.

“No vivan en el pánico”, recomienda el cónsul Cuevas a sus compatriotas que están considerando regresar a México antes de que ICE toque a sus puertas. “Hagan todo con calma, estén bien informados y esperemos a que las reglas migratorias estén más claras”, agrega.