La tregua entre Trump y Xi Jinping refleja cómo a EEUU se le complica doblegar a China

Donald Trump y Xi Jinping se fueron ambos aparentemente contentos de su encuentro en Corea del Sur. Para el estadounidense fue una reunión con una calificación de "12 de 10". Para el chino un encuentro en el que demostró "la confianza y capacidad de China para navegar desafíos".

Video Aranceles, tierras raras y soya: las claves de la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping

El apretón de manos que se dieron esta semana Donald Trump y Xi Jinping fue más un pulseo para medir fuerzas y ver hasta dónde pueden apretar que una resolución prolongada a la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.

En el encuentro de hora y media en la ciudad surcoreana de Busán, Trump recortó a la mitad sus aranceles para que Pekín frene el flujo de fentanilo a Estados Unidos y, por primera vez en una negociación comercial, pausó una medida que amplió por miles las empresas chinas que no pueden recibir tecnología estadounidense.

Xi Jinping, por su parte, reanudó las compras a los productores estadounidenses que arriesgaban perder sus cosechas de soja y demoró la entrada en vigor de sus más recientes controles a las exportaciones de 'tierras raras' cruciales en la tecnología y municiones militares y pieza clave del repertorio con el que China responde a las medidas comerciales de Trump.

Los dos se fueron aparentemente contentos. Para Trump fue una reunión con una calificación de "12 de 10". Para Xi Jinping fue un encuentro en el que demostró "la confianza y capacidad de China para navegar desafíos".

Ahora habrá que ver si se mantiene la tregua y si las dos partes cumplen con todos o parte de esos "arreglos", vistos por analistas como un freno en la escalada de la guerra comercial pero no necesariamente un avance en las relaciones de Washington y Pekín.

"Fue más una frágil tregua que una resolución definitiva de la confrontación. Lo principal es que no ha habido más escalada, pero las diferencias de fondo son estructurales y se mantienen. La disputa es por la hegemonía mundial", explicó a Univision Noticias Sebastián Contín Trillo-Figueroa, jurista experto en geopolítica con énfasis en Asia y Europa.

"Trump ha aplicado su nueva aritmética del poder mediante la coacción a todos y de modo más despiadado hacia Pekín. Lo que quizá no esperaba tanto es que China opusiese resistencia. Y Xi no cedió: es Washington quien decidió escalar, y cuando Pekín respondió con precisión quirúrgica, tocó retroceder, en un movimiento más de lo que ha sido definido bajo el acrónimo 'TACO'" o el 'Trump siempre se acobarda', una frase acuñada por un columnista del Financial Times para describir cómo los mercados caen cuando Trump lanza amenazas de aranceles y luego recuperan el terreno perdido cuando el presidente las echa hacia atrás.

China ha recibido los aranceles más duros de Trump 2.0. Las tarifas totales quedaron por el momento en 47%, desde 57%. Esto porque el mandatario redujo a la mitad los aranceles del 20% que le había puesto para presionar por un freno en el flujo de los precursores con los que se elabora el fentanilo. A pesar del recorte, los aranceles totales de Estados Unidos a China siguen siendo casi el doble de lo que eran hace un año.

Xi Jinping y Donald Trump, y sus respectivos equipos de alto nivel, en la mesa de negociación en la ciudad surcoreana de Busán.
Xi Jinping y Donald Trump, y sus respectivos equipos de alto nivel, en la mesa de negociación en la ciudad surcoreana de Busán.
Imagen Andrew Harnik/Getty Images

El recurso crítico que China usa para enfrentar a Trump

Mientras Trump habla de los aranceles y de cómo los usa para "poner a Estados Unidos primero", Pekín aprieta por otros lados. Lo hace por ejemplo al presionar un punto de dolor importante para Washington: las 'tierras raras' que el país asiático produce ampliamente. Entre ellas están dos elementos químicos metálicos: el samario que se usa en la industria armamentística y el disprosio contenido en los semiconductores.

Para el experto Contín Trillo-Figueroa, China actúa combinando "resistencia con cálculo". "Sus restricciones de 'tierras raras' han forzado ya dos veces correcciones inmediatas de Washington sin provocar ruptura total. Es una demostración de poder: causar el daño justo para ganar respeto sin cerrar la puerta al diálogo. Como decir, 'te puedo hacer daño, pero serás tú quien decida cuánto'", consideró Contín Trillo-Figueroa.

China demorará hasta el año que viene sus más recientes límites a las exportaciones de 'tierras raras', pero dejó en pie otros que ha fijado gradualmente desde 2024.

Pekín también se vengó de los aranceles de Trump frenando por completo sus compras de soja a Estados Unidos y sustituyéndola por la de Argentina y Brasil, dos grandes productores sudamericanos de materias primas agrícolas.

Los productores estadounidenses han estado en vilo en lo que va de esta cosecha, viendo cómo China sella acuerdos de compra con esos países y los esquiva a ellos. En el encuentro de Trump con Xi Jinping se pactó adquirir 25 millones de toneladas de soja estadounidense anuales durante los próximos tres años y 12 millones de toneladas entre noviembre y enero, que si se concretan darán un tremendo alivio a los sojeros que habían dicho que, si pasaban unos meses más, se arriesgaban a perder sus cultivos.

El momento del apretón de manos de despedida de Donald Trump y Xi Jinping.
El momento del apretón de manos de despedida de Donald Trump y Xi Jinping.
Imagen ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP via Getty Images


China también salió de la reunión con una concesión que han resaltado varios expertos. Estados Unidos pausó por un año una medida que hace un mes había ampliado fuertemente la cantidad de empresas a las que se les prohíbe acceder tecnología estadounidense porque son parcialmente propiedad de una compañía sancionada al ser considerada una amenaza a la seguridad nacional. Es lo que se conoce como el 'entity list'.

"El gesto más significativo fue de Washington al reducir el alcance de la 'entity list' que apareció de la nada hace solo un mes, a cambio únicamente de que Pekín suspendiera por un solo año los controles de tierras raras aprobados en octubre. Es la primera vez que Estados Unidos concede en materia de controles tecnológicos dentro de una negociación con China, lo que evidencia el enorme poder de Pekín para ejercer presión efectiva con un solo recurso crítico", explicó Contín Trillo-Figueroa.

Pero "en cualquier caso, ambos obtuvieron la mejor ganancia posible: preservar autoridad ante su opinión doméstica, permitiendo a cada uno ver con nitidez el alcance real del poder del otro. A partir de aquí, ya no se atacará ni negociará a ciegas, sino con la conciencia exacta de lo que se puede perder y hasta dónde conviene apretar".

"China es el único límite visible a la expansión del poder americano. La guerra comercial demuestra que Pekín no cede ante la presión. Su suspensión de compras agrícolas, los controles de 'tierras raras' y su avance hacia la autosuficiencia tecnológica exponen la incapacidad estadounidense para doblegarla", acotó.

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