LOS ÁNGELES, California.- Ningún padre está preparado para la muerte de un hijo, comenta Luz Ruiz, mientras mira la foto de su hijo Roberto Ruiz, "Bobby", como le decían cariñosamente. El joven de tan sólo 23 años significó para ella el capítulo más triste de su vida.
"Es el dolor más grande": Pandilleros le matan a su hijo y ahora ayuda a madres a superar el duelo
Luz Ruiz es una madre a quien la violencia le arrebató a su hijo Roberto Ruiz. Y aunque dice que nunca ha podido superar su pérdida, pudo encontrar un propósito en la vida. Ahora, ayuda a otras madres a transitar el camino del dolor que ella recorrió.

“Te matan parte de ti. No sólo sentía dolor emocional, sino también físico, porque el corazón está hecho mil pedazos y es algo que no se puede evitar”, señala Ruiz.
Ese fatídico 20 de noviembre del año 2005, lo recuerda cómo si hubiera sido ayer. Roberto se despidió de su madre con un beso y se fue a una fiesta en la casa de un amigo en la ciudad de West Covina. Alrededor de la 1:30 de la madrugada hubo una confrontación en el patio trasero, un grupo de pandilleros llegaron sin invitación.
“Los invitaron a salir y uno de los pandilleros sacó un arma y empezó a disparar indiscriminadamente. Vació su pistola en forma de abanico y les pegó a 4 personas, 2 de ellas perdieron la vida y mi hijo fue uno de ellos”, comenta la madre y dice que Roberto no conocía a sus agresores.
Su hijo, además de ser un estudiante a tiempo completo, era padre soltero y tras su muerte dejó a un pequeño de tan sólo 2 años en la orfandad. En medio del dolor, la abuela asumió la responsabilidad de todo.
“Ese bebé fue mi ancla él. Me ayudó a mantenerme en este mundo, porque había días en los que yo no podía ni levantarme de la cama. Sólo quería que Dios me llevara, hasta que veía a mi nieto, fue mi bendición”, comenta Luz.

Su lucha de madre no fue en vano
Desde la muerte de su hijo, Luz Ruiz se enfocó en buscar justicia. “Donde había prensa, yo llegaba con la foto de mi muchacho y una pancarta que decía ayúdenme a encontrar a los asesinos de mi hijo”, comenta.
Acción que le rindió frutos, pues al cabo de dos años de la muerte de su hijo, las autoridades anunciaron el arresto de dos sospechosos vinculados al crimen, uno de ellos enfrenta prisión de por vida.
A pesar de haber encontrado justicia, ella asegura que nada le apaciguó su aflicción. “Este dolor no es temporal y no lo digo yo, lo dicen los profesionales de la salud mental. Cuando pierdes a tu hijo, a través de la violencia, es un dolor para toda la vida. Pero yo le digo a las madres qué sí se mejora y que sí se puede continuar la vida de diferentes maneras”, recalca Ruiz.
Buscando consuelo en grupos de apoyo
Después de la muerte de su hijo, Luz Ruiz cuenta que buscó comprensión y consuelo en grupos de apoyo, los cuales estaban a cargo de madres que también habían perdido a sus hijos y compartían sus experiencias escuchándose unas a otras.
“Mi familia me apoyó muchísimo, pero a veces no podían comprender mi dolor y mucho menos ayudarme a sanar. Y ese grupo era el único lugar donde me entendían y me podía expresar del modo en que yo quisiera”, cuenta Ruiz.
Después de años de haber formado parte de estos grupos, Luz decidió estudiar y entrenarse como consejera para orientar a todas aquellas familias que han perdido a sus hijos. Fue así como se hizo realidad: Families and Friends of Murder Victims (Familias y amigos de víctimas de asesinatos del Valle de San Gabriel).
Esta fue mi misión crear el grupo de apoyo
El grupo de apoyo tiene 7 años de fundado, es gratuito y se encuentra ubicado en el Valle de San Gabriel. Hasta el momento, ha ayudado a cientos de familias que han perdido a sus seres queridos a causa de la violencia.

“Nosotros proveemos apoyo emocional. Nos conectamos con las personas al momento de su triste acontecimiento y les enseñamos todo el proceso. Incluso, si hay arrestos los acompañamos a las cortes y les decimos qué leyes nos protegen a nosotros como familias de las víctimas. Les mostramos todo el camino que nosotros ya recorrimos”, explicó Ruiz.
La mujer agrega que este grupo es bilingüe. "Lo hacemos en inglés y español. En nuestra comunidad, hay muchas familias hispanas a las que les están asesinando a sus hijos y no hay absolutamente nada de información y apoyo para ellas, por eso estamos aquí para servirles”.
Encontrarle un sentido a la vida
Además de su nieto, quién también se llama Roberto y actualmente tiene 19 años, el grupo le permitió encontrar un sentido a su vida. Según ella, fue un bálsamo para el alma, pues aprendió a vivir con la pérdida y replantear sus prioridades.
Para algunos padres como Luz Ruiz, un paso importante en el proceso de pérdida es crear un legado con el que se pueda honrar la memoria de su ser querido. Algo que consiguió hacer con Families and Friends of Murder Victims.
El grupo se reúne el segundo martes de cada mes y siempre llegan nuevas familias en busca de consuelo. Si desea información contáctese a su página de Facebook.

















