Los alguaciles del Sheriff de Los Ángeles también fallaron a 'Gabrielito', según un reporte

Gabriel Fernández tenía 8 años cuando murió tras meses de tortura en los que fue obligado a comer su propio vómito, tiroteado con balines y quemado con cigarros. Está previsto que los juicios por este caso se celebren este año.

Gabriel Fernández.
Gabriel Fernández.
Imagen Gabriel's Justice/Facebook

LOS ÁNGELES, California.- Diversos fallos de procedimiento, y actuaciones negligentes de varios alguaciles del Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD) contribuyeron a que la situación de abusos que sufrió el niño Gabriel Fernández continuara hasta su fallecimiento en mayo de 2013, de acuerdo con un reporte del diario Los Angeles Times publicado este domingo.

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Nueve oficiales de LASD atendieron en algún momento el caso del pequeño de 8 años que durante sus últimos meses de vida padeció continuas torturas que fueron denunciadas a las autoridades sin que ni los agentes del orden, ni los trabajadores sociales del condado actuaran para proteger al menor.

Según la investigación policial posterior al deceso, ‘Gabrielito’ fue obligado por su madre, Pearl Fernández, y por el novio de esta, Isauro Aguirre, a comer heces de gato y su propio vómito. Fue disparado con una pistola de balines en los testículos y rociado con gas pimienta.

Sus cuidadores presuntamente también le castigaban con baños en una tina llena de agua helada, le quemaron con cigarros y le llegaron a forzar a ir vestido de niña a la escuela con la intención de humillarle.

Fernández y Aguirre están a la espera de juicio acusados de ser los responsables de la muerte del niño. También pasará por los tribunales este año la causa abierta contra cuatro trabajadores sociales por una supuesta negligencia criminal por la muerte del pequeño.

El informe del diario angelino profundiza ahora en el papel que jugaron los oficiales de LASD que recibieron las quejas por presuntos malos tratos. La información se extrajo de un análisis de los testimonios de un gran jurado y otros documentos judiciales a los que tuvieron acceso.

En los 8 meses que la Fiscalía asegura que Gabriel fue golpeado y torturado, varios alguaciles visitaron la casa del niño y ninguno de ellos reportó indicios de abusos, tampoco completaron informes que hubieran derivado la investigación a detectives que llevan este tipo de denuncias.

Ninguno de los agentes fue denunciado por sus acciones, aunque algunos fueron disciplinados de forma interna por LASD. Todos siguen en activo.

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Gabriel Fernández fue criado casi toda su vida por sus abuelos maternos, Robert y Sandra Fernández, debido a las adicciones de su hija, Pearl, quien según los abuelos les entregó la custodia en un documento ante notario cuando el niño tenía apenas unos meses.

En septiembre de 2012, Pearl les dijo que quería hacerse cargo de él. A pesar de que los abuelos lucharon por retener la potestad sobre el menor, la madre obtuvo el beneplácito de las autoridades y el niño se trasladó con ella y su novio a Palmdale. Allí sucedieron las torturas.

La nueva maestra del menor, Jennifer García, contactó a las autoridades en varias ocasiones después de que ‘Gabrielito’ le contara que su madre le había golpeado o le viera aparecer en el aula con diferentes heridas.

De acuerdo con Dan Scott, un sargento de LASD retirado y especializado en casos de abusos a menores, los policías de patrulla dan poca prioridad a las llamadas de malos tratos a menores, especialmente cuando ya hay una investigación a manos de trabajadores sociales.

Tres años después de la muerte de Gabriel Fernández, el fallecimiento de Yónatan Aguilar, de 11 años, volvió a poner en entredicho a los trabajadores sociales del condado de Los Ángeles. El niño fue hallado sin vida en un clóset y desnutrido. Su madre fue detenida.

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