La respuesta de San Bernardino tras el tiroteo en una escuela: recolectan en GoFundMe diez veces más de la meta

La herida de la violencia sigue abierta en esta comunidad que todavía tiene fresco el recuerdo de la masacre en el Inland Regional Center, que dejó 14 muertos en 2015, y ahora la enluta una nueva tragedia tras el tiroteo en la escuela North Park, donde murieron tres personas, incluido un niño hispano de 8 años.

Video Cientos de personas se reunieron para una vigilia por los inocentes fallecidos en el tiroteo en San Bernardino

LOS ÁNGELES, California.- La exitosa recolección de fondos en internet para cubrir los gastos fúnebres del pequeño Jonathan Martínez, quien murió luego de ser baleado junto a su maestra en la escuela North Park el lunes, es solo una muestra de la solidaridad de la comunidad de San Bernardino, California, que trata de sobreponerse al segundo incidente trágico en menos de dos años.

La cuenta abierta en la página GoFundMe para ayudar a los padres de Jonathan había recolectado este miércoles una cifra diez veces mayor que su meta original: en tan solo tres días reunió más de 111,000 dólares. "Sinceramente no podemos agradecer lo suficiente, apreciamos todos los mensajes que nos han enviado y nos quedamos sin palabras", publicó en la página Brianna López, prima del menor fallecido que abrió el fondo.

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Y es que se trata de una resiliente comunidad que hace tan solo un año y cuatro meses estaba atravesando un proceso similar cuando reunía fondos para apoyar a los parientes de las 14 personas que murieron y las 22 que resultaron heridas en un tiroteo en el Inland Regional Center, realizado por una pareja que juró lealtad al grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).

Esa herida aún no terminaba de sanar, cuando ocurrió una nueva tragedia en una escuela.

"Necesitamos paz en esta comunidad", expresó una mujer en una vigilia que se realizó la noche de este martes en el jardín de la escuela primaria donde ocurrió la balacera. Cientos se congregaron para orar por las víctimas y pedir que finalmente se respire tranquilidad en San Bernardino.

Un período mortífero

La masacre en el Inland Regional Center fue solo el preámbulo de un periodo en el que ha corrido mucha sangre. En 2016 hubo 62 asesinatos en esa ciudad, un aumento del 41% comparado con el año anterior. Se cuenta como el periodo más mortífero en las últimas dos décadas.

"Sabemos que nos levantamos, pero no sabemos que nos acostaremos", mencionó sobre la situación de seguridad en su comunidad José Guardado, un residente de San Bernardino que acudió a la vigilia en la escuela North Park.

A ese plantel llegó el lunes por la mañana Cedric Anderson buscando a su esposa, la profesora Karen Smith. Obtuvo acceso libre a las instalaciones, pues entró como un familiar de la educadora. Al ingresar al aula donde ella impartía clases a niños con necesidades especiales, sacó una pistola y detonó diez balazos, matando a la maestra y a Jonathan. Otro alumno de 9 años también resultó herido. Posteriormente, Anderson se quitó la vida.

Durante el incidente, en el salón había 15 estudiantes de los grados primero al cuarto. Cuando ocurrió el tiroteo, junto a la maestra estaba Jonathan, quien había sido diagnosticado con el Síndrome de Williams, un trastorno genético que causa problemas cardiovasculares y psicológicos.

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"Como padre de niños así (con capacidades distintas) los llevas a la escuela, quieres que vivan una vida normal", dijo Mónica Amaya, quien externó su preocupación sobre la inseguridad en las escuelas.

Yadhira Downing, directora de North Park, contó en la vigilia del martes que escuchó los disparos que se detonaron en el aula de la maestra Smith. "Mi prioridad fue sacar y proteger a los niños", relató.

Luego, la directora recordó con emovitivdad a Jonathan como un niño alegre y dulce: "Le encantaba dar abrazos". Pero ante los padres del menor, ella se derrumbó: "Yo no tenía palabras ¿Qué les podía haber dicho?".

Se une la ciudad 'fuerte'

La violencia es una de las problemáticas que más aqueja a esta localidad con más de 200,000 habitantes, donde casi la mitad son de origen hispano. Desde aquel trágico 2 de diciembre de 2015 su lema ha sido "San Bernardino Strong (fuerte)" y la frase volvió a surgir como bandera este 10 de abril.

"Esto es como un puñetazo en el estómago para nuestra comunidad", expresó el congresista Pete Aguilar. "Como hemos hecho antes, necesitamos unirnos para apoyar a los afectados y dedicarnos de nuevo para poner fin a la violencia armada en nuestra comunidad", agregó.

Los mensajes de solidaridad abundan en las redes sociales, mientras un altar improvisado frente a la escuela North Park se ha llenado de flores, veladoras, globos de helio y osos de peluche.

"No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido momento cosecharemos si no perdemos el corazón", escribió en su cuenta de Twitter, Joseph Paulino, jefe de la Policía escolar de San Bernardino. "Mantengamos la fe y permanezcamos firmes", añadió.