Cientos de amigos, familiares y compañeros de clase vestidos con camisetas y trajes de superhéroes llegaron este viernes a la iglesia San Junipero Serra Parish de Lancaster para el funeral del niño de 10 años que murió en el condado de Los Ángeles tras haber sido torturado por su madre y la pareja de esta. Los asistentes vistieron así para honrar al menor, quien había dicho que quería ser bombero.