Condenan a muerte a un asesino de cuatro mujeres en California

LOS ÁNGELES, California.- Un jurado decidió este miércoles la pena de muerte para Steven Dean Gordon, quien asesinó a cuatro trabajadoras sexuales entre 2013 y 2014 en las ciudades de Santa Ana y Anaheim, al sur de California.

La detención de Gordon, un pedófilo convicto por dos delitos no relacionados, ocurrió tras localizar el cadáver de Jarrae Nykkole Estepp, de 21 años, en una planta recicladora de Anaheim el 14 de marzo de 2014. Al momento es la única de sus víctimas halladas por la policía.

Durante el juicio, Gordon, quien se defendió a sí mismo, jamás negó su responsabilidad en los crímenes, pero culpó de gran parte de los homicidios al otro acusado del caso, Franc Cano, de 30 años y quien también es un delincuente sexual registrado.

Él afirmó al jurado que Cano había raptado y asesinado a tres de las mujeres, y aseguró que solo había asesinado a la cuarta víctima. Las mujeres asesinadas son Kianna Jackson, de 20 años; Josephine Vargas, de 34; y Martha Anaya, de 28, pero las autoridades aún no han encontrado sus cuerpos.

Gordon y Cano están siendo juzgados en procesos separados.

Gordon, quien era monitoreado por el gobierno federala través de un dispositivo de rastreo satelital, tiene dos condenas previas por un acto lascivo con un niño en 1992 y un secuestro en 2002. Cano, quien había sido supervisado por el estado de California, fue condenado en 2008 por agresiones contra un menor.

En sus argumentos en el tribunal, Gordon ofreció disculpas a los familiares de las víctimas. “Nadie sabe cómo me siento por dentro”, expresó según la agencia CNS. “De verdad es muy difícil saber que causé todo este dolor a cuatro familias. No cambiará nada y no se les traerá de vuelta. Mis acciones fueron malvadas y horribles y ustedes tendrán justicia muy pronto”, agregó.

Martha Anaya, una de sus víctimas, sigue desaparecida desde noviembre de 2013. Unas horas antes de que le perdieran la pista, su madre, Herlinda Salcedo, una migrante mexicana, recogió a su nieta de su apartamento en Santa Ana, pero luego recibió una extraña llamada en la que le avisó que no podría pasar por la niña después de la escuela.

Salcedo no volvió a recibir una llamada de Anaya. Dejó en planes una fiesta para su hija.