HOUSTON, Texas. – Juan José Trillo-Calvo, de 51 años, está huyendo tras ser acusado del asesinato de su esposa Verónica Elizalde en Houston, el domingo 6 de agosto de 2023, y las autoridades creen que pudiera estar en México.
Juan José Trillo-Calvo está en la mira de la policía tras el asesinato de su esposa Verónica Elizalde en Houston
“Atrapa a un asesino”: con esa leyenda en un afiche, la policía y Crime Stoppers buscan dar con el paradero de Juan José Trillo-Calvo. El sujeto está acusado de apuñalar 50 veces a su esposa Verónica Elizalde en su vivienda en Houston y luego emprender su huida hacia México.

Crime Stoppers puso a circular en redes sociales un afiche con la foto del acusado y una leyenda que dice "atrapa a un asesino" con la esperanza de que alguien llame a la línea 713-222- 8477 o mande una pista al portal crime-stoppers.org y lo delate para así poderlo traer ante la justicia.
La víctima es recordada como una persona "gentil y amable, que no merecía que le pasara algo tan espantoso", a decir de su hermano Alex Elizalde, quien habló con la cadena Fox 26 sobre el caso.
"Todo el mundo todavía piensa que esto es un sueño porque simplemente no parece real que algo así le pueda pasar a alguien de tan buen corazón", dijo Alex al medio.
El cuerpo de la hispana, de 50 años, fue descubierto tirado sobre “una piscina de sangre”, en su cuarto, en la casa donde vivía en el 6815 Airport Blvd, al sureste de Houston, según se detalla en registros judiciales
La habían apuñalado al menos 50 veces en el abdomen, el pecho, el cuello y la espalda.
“Ingresamos a la residencia y localizamos a la víctima que todavía estaba tendida boca arriba, con una toalla cubriéndole el área del pecho, la cara ensangrentada y los pantalones puestos”, narraron los detectives que realizaron las pesquisas del levantamiento del cuerpo.
El relato de cómo descubrió la policía el despiadado crimen del que acusan a Trillo-Calvo y de cómo le siguieron el rastro hasta el área de San Antonio aparece en el documento de la acusación contra él.
Allí también hay una referencia a una denuncia, con fecha del 1 de marzo, en la que la víctima declara que su esposo amenazó con matarla.
Verónica Elizalde no llegó al trabajo
El lunes 7 de agosto, Gabriela, una hija de Verónica Elizalde, recibió un mensaje a través de Facebook de un compañero de trabajo de su mamá en el que le avisaba que ella no había llegado a trabajar ese día.
Gabriela pensó que el mensaje era una estafa, pero de inmediato le marcó a su mamá y como no le contestó, entonces llamó a su trabajo.
Allí le dijeron que ella no se presentó a trabajar, lo que les parecía muy raro porque ella no faltaba.
La hija empezó a contactar a otros familiares para preguntar si alguien sabía de su mamá, pero nadie había hablado con ella ese lunes.
En ese momento llamó a su esposo, Austin, y los dos fueron hasta la residencia de Verónica para saber si todo estaba bien.
Encuentran muerta a Verónica Elizalde
Cuando Gabriela y su esposo llegaron a la casa de Verónica, anduvieron por los alrededores y tocaron en la puerta del frente.
Al no tener respuesta y notar que la entrada tenía seguro, la hija usó una llave que tenía y pudieron ingresar.
“Ellos revisaron adentro y luego abrieron la puerta del cuarto de Verónica, encendieron la luz y localizaron el cuerpo de la señora en una piscina de sangre”, contaron los investigadores.
De inmediato llamaron al 911 y ahí una operadora les indicó que le hicieran compresiones en el pecho mientras llegaban los paramédicos.
Ellos notaron que el cuerpo ya estaba frío al tacto y no había mucho que se pudiera hacer.
La hija declaró a los detectives que su mamá vivía con el esposo, Trillo-Calvo, en esa casa, pero que las dos no hablaban sobre él.
“Eso hizo que la relación entre ambas fuera inestable y difícil y abrió una brecha en la familia”, agregó Gabriela.
Las últimas horas de vida de Verónica Elizalde
La última persona que vio viva a Verónica fue su papá, el señor Jaime Elizalde Rodríguez, quien visitó a la pareja la noche del sábado 5 de agosto y estuvo departiendo y tomando con ellos hasta la medianoche.
Él declaró que fue una visita agradable y que no notó nada sospechoso en el rato que estuvo allá.
Sin embargo, cuando regresó a su casa, a eso de la 1:40 am, madrugada del domingo, le marcó a su hija y ella no le respondió.
Hay registros del celular de la víctima que dan cuenta de una llamada que se hizo al número de Trillo-Calvo a eso de las 3:31 am y que duró 2 minutos y 20 segundos. En ese momento la ubicación del teléfono lo ponía dentro de la vivienda.
No es claro si esa llamada la hizo ella, sobre todo porque casi dos horas después, a eso de las 5:17 am, la ubicación del aparato lo mostraba Poteet, Texas, una ciudad que queda al sur de San Antonio, y está a unas 240 millas de distancia de la casa de la víctima en Houston.
Una relación abusiva: lo que revela el diario de Verónica Elizalde
Brenda, gemela de Verónica, les dijo a los investigadores que su hermana no estaba casada legalmente con Trillo-Calvo.
Reveló también que su hermana le había contado que la relación con Juan José había sido buena al comienzo, pero que luego ella lo había sorprendido engañándola y él la había golpeado.
Tras la agresión, que a decir de Brenda ocurrió cuatro meses atrás, ella le había pedido a su pareja que se fuera de la casa.
Esta versión coincide con escritos hechos por la víctima en un diario que hallaron los investigadores en su casa durante la investigación del asesinato.
Había anotaciones en las que se leía que el esposo le echaba la culpa de todo a ella y que cuando llegaba a casa y su comida estaba fría se volvía violento. Decía también que su relación era abusiva.
Siguen el rastro a Juan José Trillo-Calvo
Desde el momento del hallazgo del cuerpo de Verónica Elizalde el 7 de agosto las autoridades expresaron interés de hablar con el esposo.
“Cada vez que alguien muere, si está casado, por supuesto siempre querrás hablar con la pareja. Ese es nuestro proceso normal”, dijo ese día Yasar Bashir, subcomandante de la Policía de Houston.
No fue hasta el 29 de agosto cuando las autoridades emitieron un comunicado de prensa en el que decían que lo buscaban como persona de interés en este caso, pero aclaraban que no tenía cargos.
Luego, el 14 de septiembre, más de un mes después del crimen, dijeron que era sospechoso del asesinato de su esposa y que enfrentaba cargos. Además, informaron que había huido a San Antonio y luego, posiblemente, a México.
En los documentos de la acusación contra el hispano se detalla que los investigadores pudieron observar en cámaras de tráfico cuando su carro, una camioneta Chevy roja, iba por el Katy Freeway hacia el oeste, en dirección a San Antonio, el domingo 6 de agosto a eso de las 4:13 am.
También se pudo establecer que ese mismo domingo retiró dinero en un cajero automático en San Antonio y luego la policía local encontró su camioneta.
Cuando detectives de homicidios inspeccionaron el interior del vehículo detectaron sangre y tomaron muestras para analizar el ADN.
Los rastros de sangre estaban en la puerta del conductor, en la dirección, en la consola de radio, en la palanca de las direccionales, en la palanca de cambios, en la consola central y en el bolsillo de esta, y también en el tapete del piso del conductor.
Tras las entrevistas con la familia y recabar evidencia que implica a Trillo-Calvo en el asesinato de Verónica Elizalde, las autoridades finalmente emitieron una orden para capturarlo.


















