Familia inmigrante pierde un ser querido por el coronavirus y espera que un programa le ayude pagar la cuenta del hospital

LINDEN, California.- Oculto entre los campos agrícolas del condado San Joaquin, aquí se encuentra el pequeño poblado de Linden, donde la pandemia de coronavirus ha golpeado a la familia Solís. "Mi papá duró dos semanas entubado y ya no pudo más, se le paró el corazón", dijo la hija de Miguel Solís a Univision 19, y quien prefirió no ser identificada.

Como si perder un ser querido por la pandemia fuera poco, solo días después de su muerte, una trabajadora social explicó a la familia Solís que el monto de la atención recibida por más de un mes en coma era un millón de dólares.

Sin embargo, les ofrecieron la opción de aplicar al programa Medi-Cal de Emergencia. "Me dijeron que no me preocupara, que mi papá aplicaba al Medi-Cal, y que ellos se encargarían de la deuda y nosotros no teníamos que pagar nada", explicó la hija.

Yamilet Valladolid, experta en Salud Pública, asegura que este tipo de programas son útiles para casos extremos como el de la familia Solís, ya que pueden aplicar personas sin estatus migratorio legal y que necesitan atención médica en una situación de vida o muerte.

"En el hospital, les preguntan si tienen seguro médico, y si no lo tienen, esta es una buena opción porque pueden aplicar personas indocumentadas y esto no afecta en la carga pública, es decir, que no es dinero que debe pagar después o que afecte algún proceso migratorio", dijo Valladolid.

Varios días después de haber sepultado a Solís, su familia recibió una carta del Departamento de Salud de California, felicitando a Miguel Solís por haber sobrevivido al coronavirus y pidiéndole que donara plasma.

"Les llamé y les dije que mi papá ya había fallecido y lo único que me dijeron era que no le hiciera caso a la carta porque ellos no tienen todavía la información de él, porque están tardando mucho para actualizar el sistema", dijo la hija de Solís.

La historia de la familia Solís está llena de episodios dramáticos y algunos insólitos. Miguel Solís trabajó en el campos durante tres décadas, ahora su familia poco a poco asimila su irreparable pérdida. "Como decimos nosotros los mexicanos, hasta ahorita nos va cayendo el veinte de que ya no está, que es real que se fue", dijo su hija.

Linden cuenta con una población aproximada de 2,000 habitantes, muchos de ellos se conocen entre sí, por eso al recorrer las calles y negocios es frecuente encontrar a alguien que conoció al señor Solís, como Leonel Aguilar, quien lo recuerda como un hombre trabajador. “En esta pandemia no sabemos a quién le va a tocar o cuándo, y nunca piensa uno que gente que conoce pueda ocurrirle eso", y agregó "a Don Miguel yo tenía varios días sin verlo. Que pena, la vida sigue, para los que quedamos”, lamentó Aguilar.