ARLINGTON, Texas. Entre banderas, gritos y un estadio lleno de camisetas verdes y amarillas, dos hermanas vivieron algo que no dependía del marcador.
Un abrazo después de 14 años: dos hermanas se reencuentran en un juego de México en Texas
Después de 14 años sin verse, Norma, residente de Irving, y su hermana Yessenia, de Michoacán, se reencontraron en Texas durante un partido de la Selección Mexicana. Una historia de migración, familia y esperanza que recordó que algunos goles se celebran con abrazos.

Norma Contreras, que vive en Irving, Texas, y Yesenia Contreras, que viajó desde Ciudad Hidalgo, Michoacán, México, se reencontraron después de 14 años durante el partido entre México y Colombia en el AT&T Stadium, hogar de los Cowboys de Dallas.
“Esperé 14 años para este momento”, contó Norma con la voz temblorosa.
“No me la creía hasta que me llamaron y me dijeron que preparara mis maletas”, sumó Yesenia.
El reencuentro fue posible gracias a la iniciativa Uniendo Fanáticos de AT&T, que busca unir familias durante los partidos de la Selección Mexicana.
Pero para Norma y Yesenia, no fue una campaña: fue la oportunidad de volver a empezar.

“Todo Michoacán sabe que la vi hoy”
Las dos crecieron en una familia de cinco hermanos, criadas solo por su madre tras la muerte de su padre cuando Norma tenía tres años.
“Dormíamos en el piso, compartíamos una cama, pero nunca dejamos de reírnos”, recuerda Yesenia.
Años después, una migró a Texas y la otra se quedó en Michoacán.
“Ella siempre me hace bromas por teléfono, así que pensé que esto también lo era”, dijo Yesenia entre risas.
“Pero cuando me llamaron para decirme que iba a verla, no lo podía creer”.
Yesenia dejó atrás un matrimonio y sacó adelante a sus cuatro hijos, hoy dirige dos institutos de belleza en Michoacán.
“A veces es bueno estar sola para encontrarse a una misma”, dijo.

El estadio y la emoción
La noche fue ruidosa y emotiva con alrededor de 60 mil fanáticos.
En la pantalla gigante del estadio apareció su historia, y en segundos las dos se abrazaron frente a miles de personas.
“Estoy temblando todavía, no hay palabras para describir esto”, alcanzó a decir Norma.
El partido terminó con Colombia 4–0 México, pero ellas celebraron de todos modos.
“México perdió, pero nosotras ganamos”, bromeó Yesenia, conlos ojos húmedos.

Entre tijeras y fútbol
Ambas comparten oficio y carácter, son cosmetólogas y estilistas profesionales, mujeres que aprendieron a empezar desde cero.
“Las dos escogimos lo mismo sin ponernos de acuerdo”, dijo Yesenia.
“Estamos un poco locas, pero nos entendemos perfecto”.
Norma asintió. “Si estoy triste, la llamo. Siempre tiene algo que decir para levantarme el ánimo”.

Un reencuentro que va más allá del estadio
Más allá de las luces y el ruido del partido, esta historia refleja lo que miles de familias migrantes viven cada día: la distancia, las videollamadas que sustituyen abrazos, las promesas de volver.
“Todo Michoacán sabe que la vi hoy”, repitió Yesenia con la voz entrecortada.
“Aquí estoy, y no pienso alejarme nunca más”.
El público siguió aplaudiendo, los jugadores se marcharon y el estadio comenzó a vaciarse. Para ellas, en cambio, el partido apenas empezaba: el de volver a ser familia, después de tanto tiempo sin verse.












