Policía de Austin anuncia operativo “no refusal” para detener a conductores ebrios

Esta iniciativa estará vigente desde el viernes 19 de agosto hasta el lunes 5 de septiembre. Según autoridades, este operativo es un esfuerzo para hacer cumplir las leyes de no conducir bajo los efectos del alcohol y evitar accidentes de tráfico.

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AUSTIN, Texas. - El Departamento de Policía de Austin anunció que llevará a cabo una iniciativa de "no rechazo" para detener a personas que conducen bajo los efectos del alcohol durante el fin de semana del Día del Trabajo para reducir la cantidad de accidentes en la región.

Según las autoridades, esta iniciativa estará vigente desde el viernes 19 de agosto hasta el lunes 5 de septiembre. Este operativo es un esfuerzo para hacer cumplir las leyes de no conducir bajo los efectos del alcohol y mantener seguro al público al alentar a los conductores a tomar decisiones responsables.

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De acuerdo con autoridades, conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas es uno de los principales factores que contribuyen a los choques en Austin. Los conductores ebrios suelen estar involucrados en más de un tercio de los choques fatales de la ciudad.

¿Qué es un operativo de no rechazo y en qué consiste en Austin?

Un fin de semana de “no rechazo” se refiere a fechas fijas donde los oficiales pueden obtener una orden de búsqueda de sangre por sospecha de conducir ebrio más rápido de lo habitual.

Si un conductor se niega a someterse a una prueba de sobriedad, el oficial puede acelerar el proceso requerido para obtener una orden de registro. Por lo general, cuando se detiene a un conductor por sospecha de conducir bajo los efectos del alcohol, el oficial le pide que se someta a un análisis de aliento o de sangre.

En Texas, un nivel superior de .08% se considera legalmente intoxicado. Según cifras del Departamento de Transporte de Texas, conductores ebrios podrían enfrentar una multa de $2,000 por la primera ofensa y hasta 180 días en la cárcel. También pueden enfrentar $4,000 por la segunda ofensa con un mes hasta un año en la cárcel y hasta $10,000 con 2 a 10 años de cárcel por una tercera ofensa.

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