En la campaña de detenciones del presidente Donald Trump, los estadounidenses casados con inmigrantes también están sufriendo la separación tras años de matrimonio. Una encuesta realizada por la organización Familias Estadounidenses Unidas (AFU) a 240 miembros de su comunidad hace eco de historias como la de Amanda Ribeiro y su familia.
Cómo afectan a los estadounidenses de familias con estatus mixto las políticas migratorias de Trump: una encuesta intenta responderlo
La organización American Families United encuestó a más de 200 ciudadanos estadounidenses en familias con estatus mixtos para conocer las decisiones y conversaciones que están teniendo estos hogares. Entre otras cosas, refleja el daño que las políticas migratorias del presidente Trump también están causando a sus propios ciudadanos.
Ribeiro, nacida en Florida y casada desde 2014 con un brasilero tras seis años de noviazgo, creyó que una vez en matrimonio, el proceso para regularizar a su esposo Wagner sería sencillo. Lo intentaron por años. Pero en 2025, con la llegada de Trump, él fue detenido por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y, tras denegarle un beneficio migratorio, fue devuelto a Brasil en junio.
"Cuando Wagner fue deportado lo perdí todo: nuestro negocio, nuestros ingresos, nuestro hogar y lo más importante, nuestra familia", contó en una rueda de prensa Ribeiro, de 42 años y con historial de afecciones cardiacas. La estadounidense decidió mudarse a Brasil junto a su esposo, pero distintas circunstancias —el acceso a atención médica, los ingresos generados y la seguridad de sus hijos por la presencia de pandillas— hicieron que tomara la decisión de volver a Estados Unidos sin su esposo.
Amanda Ribeiro contó que la vuelta a su país no fue sencilla: "Ahora tengo que declararme en bancarrota, porque regreso como madre soltera con cuatro hijos, dos de ellos con necesidades especiales; sin ingresos, y ya no puedo pagar las deudas acumuladas", dijo entre lágrimas. "Dependo de la asistencia del gobierno del estado de Florida y busco trabajo donde sea para poder mantener a mis hijos y también pagar, o intentar pagar, a un abogado de inmigración que me ayude a que mi esposo regrese a casa".
AFU es una organización sin fines de lucro de apoyo a estadounidenses miembros de familias con estatus mixto y ante una posible separación.
Aseguran que nunca, como desde 2025, los estadounidenses casados con inmigrantes sin estatus habían evaluado tan seriamente abandonar su país.
La encuesta, basada en respuestas de 240 miembros de una comunidad de más de un millón de familias afiliadas a AFU, no busca ser representativa a nivel nacional, sino documentar los efectos de las políticas migratorias en ciudadanos estadounidenses directamente afectados.
La mayoría de los entrevistados fueron mujeres y con edades entre 40 y 39 años.
Parejas que llevan mucho tiempo juntas
La historia de Amanda y Wagner Ribeiro describe también parte de los resultados de la encuesta realizada por AFU, la primera de su tipo y que muestra datos que ni siquiera registra el propio gobierno: en promedio, las parejas entrevistadas han estado casadas por más de 13 años, explicó el investigador Austin Kocher al exponer los resultados este jueves.
"Se trata de parejas con matrimonios sólidos que perduran a pesar de todas las presiones externas: 76% de las parejas con estatus migratorio mixto llevan casadas 10 años o más, lo cual es un período bastante largo; 20% de los encuestados llevan casados 20 años o más. Así que, en general, no se trata de relaciones recientes. Son personas que llevan mucho tiempo juntas", dijo Kocher.
Además, la encuesta mostró que 75% de los consultados tienen al menos un hijo biológico.
Igual que pasó con Wagner, que tenía 21 años de vida fuera de su país de origen, la encuesta reflejó que la mayoría llegó a Estados Unidos entre 1990 y 2000: más de 90% ha vivido en el país por al menos 15 años y 40% de los encuestados ha considerado a Estados Unidos como su hogar durante 25 años o más.
Para Kocher, los datos muestran lo que muchos estadounidenses desconocen: que el simple hecho de llevar mucho tiempo de vida en Estados Unidos y no tener antecedentes criminales, no garantiza automáticamente el acceso a un estatus legal ni a la ciudadanía.
Justo por eso asegura que el Congreso debería repensar políticas que protejan a esta población y sus necesidades porque, dijo, estas familias han hecho distintos esfuerzos por abrir ese camino para sus cónyuges.
La encuesta reflejó que 89% de los estadounidenses consultados se reunieron con algún abogado de inmigración para intentar regularizar al miembro de la pareja sin estatus; 71% introdujo los papeles requeridos por las agencias migratorias; 26% incluso se reunió con funcionarios electos en busca de ayuda; y 24% introdujo los requisitos solicitados en cortes de inmigración.
La decisión: separarse o no
Casi todos los consultados en la encuesta (98%) respondió que se siente más asustado ahora que hace un año. Pese a eso, casi tres cuartos decidió que no está planeando irse de Estados Unidos.
"La mayoría de las personas quieren quedarse con sus familias y la mayoría quiere quedarse en el país que ama", explicó kocher.
Al final, una de las preguntas de la encuesta mostró el daño que las políticas migratorias están generando en ciudadanos estadounidenses al no abrirles un camino hacia un estatus migratorio para sus esposos o esposas: 98% admitió que el proceso le había causado daño emocional; 78% manifestó que sufría daño financiero luego de que su cónyuge se marchara del país, por el costo del pago de abogados o por la imposibilidad de que encuentre un trabajo sin tener los permisos adecuados.
"Los ciudadanos estadounidenses están pagando un muy alto precio ahora por la falta de respuestas de nuestros líderes a lo que ellos necesitan", explicó Kocher.
Amanda Ribeiro asegura que no entiende cómo es que su propio país "querría separar a mi familia. ¿Quién gana con mi familia rota viviendo separada por un océano, por un continente?".

