SASABE, Arizona.- Fuertemente armado y vistiendo uniforme camuflado, Tim Foley patrulla sin cesar la frontera sur de Arizona en la búsqueda de cualquier actividad sospechosa a lo largo y ancho del desierto, en una remota área conocida como el Cocaine Alley o el Callejón de la Cocaína.
En la frontera con Tim Foley, líder de grupo armado que persigue a narcos e indocumentados
Arizona Border Recon es un grupo armado que patrulla el desierto de Arizona. Univisión Arizona fue a su centro de operaciones en la frontera y habló con su fundador.


Algunos pudieran confundirlo con un militar por su vestimenta y armas, pero este estadounidense de contextura delgada, unos 5’10’’ de estatura, ojos azules y piel curtida por el sol, no trabaja para el ejército ni para la Patrulla Fronteriza.
Foley es un soldado retirado de 56 años que en 2011 pasó de ser un jefe de construcción a líder de un grupo armado llamado Arizona Border Recon (ABR).
“Cuando llegué aquí quería poner un alto a la inmigración indocumentada porque estaban acabando con las oportunidades de trabajo. A medida que fui viendo el problema más profundamente, entendí la relación entre los carteles de la droga con el tráfico humano”, explica en entrevista con UnivisionArizona.com.
Foley opera su organización desde su residencia en Sasabe , un pequeño pueblo fronterizo de Arizona que se puede recorrer completamente en pocos minutos. A lo largo de una sola calle, hay un par de tiendas, unas cuantas casas, una iglesia, y al final un puerto fronterizo descrito como uno de los más solitarios de las 2,000 millas de la frontera de Estados Unidos y México. Aquí hay escasamente cobertura de telefonía celular.
“¿A quién voy a llamar (en caso de emergencia)? ¿Al 911? Lo más cercano es Tucson y está a una hora y media de aquí…estamos en el medio de la nada”, dice Foley al recibir este medio en su casa, desde donde se puede ver el muro fronterizo.
Al entrar, su hogar parece más un centro de operaciones militares. En una de las habitaciones, tiene su armamento así como equipos tácticos y de comunicación. Las armas de su preferencia son el rifle AK15 y la pistola de calibre 12. Foley dice haber invertido miles de dólares en radios para interceptar las conversaciones de los narcotraficantes.

Foley deja su rifle a un lado del sofá, se sienta, coloca una bebida energética en la mesa y prende un cigarro.
“La frontera está plenamente abierta. Yo te la muestro. No hay murallas allá afuera. Hay un alambre de púas que se está cayendo que se supone debe proteger al país, y no hay nadie por allí vigilando”, asegura el líder del Arizona Border Recon. “Lo que estamos viendo aquí en la frontera es la incursión de militares mexicanos, mulas de drogas, musulmanes y más mulas de drogas”, añade.
La Patrulla Fronteriza del Sector Tucson dijo a Univision Arizona que Sasabe es un área aislada que agrupaciones criminales tratan de explotar por ser consideradas remotas, pero que con el incremento del despliegue de tecnología para detección y vigilancia, de infraestructura y de personal táctico, han visto una disminución de 24 % en las incautaciones de narcóticos desde 2014.
Sin embargo, Foley está de acuerdo con los alguaciles del C ondado Pima, Paul Babeu, y del Condado Cochise, Mark J. Dannels, quienes recientemente denunciaron que el gobierno federal ignora la implementación de las leyes de inmigración y miente sobre la seguridad fronteriza.
Durante sus patrullajes, él asegura haberse topado cada vez más con presuntos inmigrantes musulmanes.
“No sabemos realmente quiénes son y ese es el problema ¿Por qué estamos viendo musulmanes hombres de 25 a 45 años cruzando la frontera por la puerta de atrás?”, cuestiona Foley, quien no tiene dudas de que se trate de potenciales terroristas.
“No somos una milicia…No soy racista”
A pesar de la reputación de otras milicias como Minuteman Project y Ranch Rescue, Foley insiste que no son un grupo de mercenarios y que opera de manera diferente.
“Si estuviésemos haciendo algo malo, no creo que el gobierno nos permitiría estar aquí, pero como hacemos todo bajo la ley. Lo estamos haciendo de la manera correcta”, asegura.
La Patrulla Fronteriza del Sector Tucson confirmó a Univisión Arizona que sabe de la presencia de Arizona Border Recon.
“La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos no avala a grupos u organizaciones privadas que tomen los asuntos de seguridad fronteriza en sus propias manos. La intercepción de narcóticos, y disuadir y detener a las personas que entran ilegalmente a los Estados Unidos requiere de agentes del orden entrenados”, respondió la Patrulla Fronteriza en un comunicado escrito.
La organización sin fines de lucro Southern Poverty Law Center (SPLC), cuya misión es monitorear a grupos supremacistas y extremistas en Estados Unidos, incluye a Arizona Border Recon en su Hate Map o Mapa de Odio. SPLC describe a Arizona Border Recon como un agrupación antiinmigrante.
Foley está acostumbrado a que lo llamen racista, pero se defiende.
“No es contra una raza porque tenemos personas de 78 países diferentes cruzando la frontera. Además de las personas blancas que vienen ayudarme, el segundo grupo es de gente hispana”, indica Foley.
Además de mexicanos, él agrega que ha visto inmigrantes de Guatemala, Honduras, El Salvador, China y hasta de Somalia.

El medio electrónico enfocado en política Talking Points Memo reportó que el FBI investigó a Foley por presuntamente desplegar artefactos explosivos improvisados cerca de Sasabe.
“Ellos (el FBI) decían que yo estaba haciendo bombas. Según ellos, una persona le dio el dato de manera anónima. Revisaron y no encontraron nada. Nunca me acusaron, nunca me arrestaron”, señala Foley.
Aunque él asevera no ser racista, no niega que miembros de su grupo sí lo sean.
“Quizás yo no estoy de acuerdo con los puntos de vistas de todos y del por qué están aquí, pero si lo hacen a nuestra manera, de la manera correcta, se les permite que vengan”, dice Foley en referencia a un miembro de su equipo, quien en el documental nominado a los premios Óscar “ Cartel Land” dijo que no podían mezclarse razas dentro de un mismo país.
A diferencia de otros grupos paramilitares que vigilan juntos la frontera todos los días, Foley dice que él opera solo 90% del tiempo. Su fiel y único acompañante en esos recorridos en esta zona remota y desértica es Roko, su perro de raza Pit Bull.
Los voluntarios de ABR vienen a apoyar a Foley con las operaciones cada tres meses cuando hacen patrullajes en grupo, acampando en zonas remotas de las montañas cercanas, trabajando en turnos y reportando cualquier situación inusual a la Patrulla Fronteriza. Cada uno de ellos debe traer sus propias armas, comida y equipo.
“Todos tenemos experiencia militar. Cargamos armas solo para defensa personal. Tenemos más derechos de defendernos que los que tiene la Patrulla Fronteriza… por eso nos tienen más miedo,” indica Foley, quien aclara que en cinco años nunca ha tenido que disparar, ni siquiera cuando ha detenido a individuos armados.
Ubicadas en diferentes lugares en el desierto, Arizona Border Recon tiene cámaras que capturan en foto y video cualquier incursión. Estas imágenes fueron grabadas por uno de sus equipos.
Foley asegura que ABR no pretende remplazar a las autoridades sino todo lo contrario.
“Compartimos toda nuestra información con ellos (con la Patrulla Fronteriza) si quieren escucharla. En su mayoría son los agentes que están en la línea fronteriza que quieren escuchar, los que están en rangos más altos en un escritorio, solo andan buscando moverse a una mejor posición o salario, no quieren tener nada que ver con nosotros”.
Mientras otras milicias armadas están compuestas por ciudadanos estadounidenses que buscan proteger a la patria, en el caso de Arizona Border Recon no importa la nacionalidad mientras los voluntarios llenen una aplicación y estén dispuestos a pagar una donación 100 dólares para “defender la soberanía de Estados Unidos”, aunque no sean estadounidenses ni vivan aquí.
“Vienen de todos lados. Tengo aplicaciones de Puerto Rico, tres de Australia, dos de Canadá”, revela Foley.
El número de aplicaciones para ser voluntario de Arizona Border Recon se ha incrementado luego que se diera a conocer su historia en el documental “ Cartel Land.”
Pero ¿qué hacen extranjeros de países como Canadá y Australia en la frontera de Arizona tratando de detener a inmigrantes y a narcotraficantes?”
“Porque ellos sienten que sus países ya han perdido la batalla y sienten que así como hay ciudades hermanas, pues somos un país hermano”, es lo que argumenta Foley.
Según él, mientras los voluntarios extranjeros procesen su visa estadounidense por su cuenta y entren a Estados Unidos de manera legal, él no tiene problema en aceptarlos en su equipo.
Foley dice que en Arizona es legal que los extranjeros porten armas, pero según la página electrónica del Buró de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos, solo ciudadanos estadounidenses y residentes legales de este país están autorizados a la compra y porte de armas. A menos que estos extranjeros establezcan residencia en el estado (en términos de domicilio) para comprar legalmente un arma.
Este pasado mes de Marzo, Foley recibió a un grupo de voluntarios para patrullar la frontera de Arizona, y según él, varios de ellos eran hispanos.























