El legado de Donald Trump que lleva al precipicio a los republicanos

Los lamentables hechos en el Capitolio de EEUU en los que una multitud de seguidores del presidente Donald Trump ingresaron violentamente, fue el cierre cuatro años de una gestión presidencial que dejó división, acrecentó el odio, la indignación, la vergüenza internacional.

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Por:
León Felipe González
Video "La democracia se puso a prueba por individuos alentados por Trump": reacción de políticos y líderes de Arizona

El ataque a la democracia en el Capitolio fue el cerrojo de cuatro años de una gestión presidencial que dejó división, acrecentó el odio, la indignación, la vergüenza internacional; y a los republicanos los llevo a tocar fondo.

Salvo contadas excepciones como Joe Arpaio, que salió a apoyarlo en Twitter, hoy prácticamente nadie quiere que lo relacionen con Donald Trump y poner en riesgo su capital político. Como si fuera un barco que se hunde, quienes fueran sus cercanos colaboradores se tiran al agua y el mandatario terminara su gestión aislado, y quizá enfrentando las consecuencias judiciales y hasta morales de sus actos.

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A los republicanos los llevo de la mano al precipicio, el 3 de noviembre comenzó la crónica de una debacle anunciada para el partido y el pasado martes en Georgia, fue gracias a él, que su partido terminó perdiendo absolutamente todo. Los intentos desesperados de presionar a funcionarios de ese estado para obtener votos a su favor sumaron a la ya larga serie de escándalos en su gestión.

Lo peor para su partido, fue que su cada vez más deteriorada imagen no hizo otra cosa que motivar a los demócratas a votar y sumado al esfuerzo de organizaciones civiles, la segunda vuelta electoral en Georgia terminó dándole un triunfo histórico a los dos candidatos demócratas al senado, y con ello, no solo ganaron los escaños sino el control total del congreso por lo menos durante los dos siguientes años.

El odio, la supremacía blanca, las ideas antiinmigrantes, las acciones tiránicas, el abuso de poder, los intentos de coaccionar el voto, y mucho menos las mentiras; lograron revertir el hambre de cambio. Arizona fue un claro ejemplo, la campaña exhaustiva de Donald Trump no hizo otra cosa que motivar el voto de sus rivales políticos y los republicanos prácticamente perdieron todo. Si esto no fuera suficiente, uso y tiró a quienes pensaba que le iban a servir para reelegirse. Humilló en público a Martha McSally y acusó de traidor a Doug Ducey.

Recientemente hasta a su fiel escudero de cuatro años Mike Pence lo puso en tal encrucijada al pedirle que no confirmara las elecciones, que el vicepresidente tuvo que hacerse a un lado y hacer lo que tenía que hacer siguiendo la Constitución. Trump, dijo entonces que ya no le iba a simpatizar.

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Es difícil encontrarle lógica al accionar del presidente Trump, por eso la demócrata Nancy Pelosi, cuya oficina acaparó titulares cuando uno de los sujetos que irrumpió en el capitolio se tomó una foto con los pies arriba de su escritorio, declaró estar a favor al llamado del líder demócrata del Senado Chuck Schummer para que el vicepresidente Pence, implemente la Enmienda 25 y destituya al presidente de manera inmediata. Pelosi dijo que, si el vicepresidente y el gabinete no actúan, el Congreso comenzará un juicio político.

La gran pregunta es si luego de lo visto en el Capitolio alguien logrará siquiera “despeinar” a Donald Trump, porque hasta este día los escándalos sexuales, las mentiras, el caso Rusia, el juicio político y hasta la oficina de recaudación de impuestos, por nombrar solo algunos; “le hicieron lo que el viento a Juárez”… Nada!

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