En noviembre de 2012 la esposa de Kanye West vivió un trago amargo, pues el doctor le dijo que no escuchaba los latidos de su primogénita. La futura abogada contó cómo pasó por su cabeza que había perdido a su hija y la emoción que sintió cuando, al otro día, el corazón de North se volvió a escuchar.