No hace mucho tiempo atrás, nuestro país logró un hito que muchos catalogaban de imposible: colocar un satélite en el espacio. Si bien aquel suceso representó un aporte minúsculo a la historia de la exploración espacial, sirvió para demostrarnos que los argentinos podemos aspirar alto. Muy alto.
Otro golpe a la ciencia: detienen el desarrollo del Arsat-3

Sin embargo, en los últimos meses el el sector de ciencia y tecnología sufrió recortes de presupuesto, y ahora -tal como se esperaba- le tocó el turno al ARSAT.
Es que esta semana se conoció la noticia de que el gobierno nacional el proyecto del ARSAT-3 quedó completamente suspendido, mientras que el ARSAT-2 ha vendido la mayor parte de su capacidad operativa.
Pero eso no es todo: en lugar de priorizar el desarrollo nacional, el estado está facilitando el ingreso de empresas extranjeras que competirán con el satélite argentino.
Una de las beneficiadas es la empresa española Hispasat, que ya operaba en espacio argentino con 3 satélites. Si bien uno funcionaba en el marco de un acuerdo de reciprocidad firmado con España en 2001, los otros dos funcionaban sin autorización oficial.
Ahora mediante una resolución, el Ministerio de Comunicaciones ha «blanqueado» la situación de la empresa, que ahora podrá operar protegida bajo el marco de aquel acuerdo firmado hace 16 años.
Es un duro golpe para el proyecto ARSAT, que sumado al desfinanciamiento ahora deberá competir con una empresa privada a la hora de proveer servicios de comunicación en el país. ¿Y la ciencia argentina? Bien gracias.









