El punk está de fiesta: homenaje a The Ramones

El primer álbum de The Ramones, lanzado en abril de 1976 bajo el mismo título de la banda, fue un fracaso en términos comerciales. Difícilmente alcanzó el puesto 111 en la lista Billboard, pero eso bastó para sembrar la semilla del punk, un movimiento hasta entonces inexistente. Más allá del éxito musical, la banda creó y marcó una nueva tendencia; ‘patentó’ una estética de rebelde y caótica que integró a un nuevo género músical.

Hoy, 40 años después, The Ramones es reconocida alrededor del mundo, y en Estados Unidos e Inglaterra es un ícono. Tanto así, que en su honor el Queen Museum de Londres abrirá las puertas el 10 de abril a la exposición “ Hey! Ho! Let’s Go: Ramones and the Birth of Punk”. La muestra pretende representar la influencia que la banda ejerció en distintos sectores del arte y la música.

La nueva directora del museo, Laura Raicovick, quiere enfocarse en la relevancia que tuvo Queens (Nueva York), lugar donde nació la banda, como centro de creación de cultura. “Había un contingente muy fuerte de artistas visuales alrededor de The Ramones”, explica el curador de la exposición, Marc Miller. “Tommy, el baterista, fue quien mantuvo unido el grupo. Tenía una visión muy clara de los cuatro ‘delincuentes juveniles’. Eran artísticos pero también eran punks reales. No es que fueran actores. Eran el verdadero tema, eso los hacía auténticos. Tommy entendió cómo proyectarlos hacia el gran mundo”, agregó.

El legado de The Ramones aún no ha terminado de explorarse. Los sonidos estridentes, la rebeldía, el anarquismo y el estilo que impusieron tardaron en ser entendidos como fenómeno cultural, pero indiscutiblemente dejaron una huella. Hoy The Ramones es una referencia obligatoria en el mundo del punk-rock, a pesar de que abandonaron los escenarios en el 96 y de que varios de los integrantes iniciales de la banda –Joey, Johnny, Dee Dee, y Tommy– ya dejaron este mundo.

Su legado y su espíritu resisten. Lograron algo que todas las bandas buscan: un público auténtico, leal y duradero, ese que se pretende revivir con la exposición.

En ella se verán las letras de las canciones escritas a mano por Dee Dee, videos de algunas de las presentaciones más memorables, documentos personales, instrumentos y ropa emblemática. Entre los 350 objetos que el curador rescató de familiares y amigos de los integrantes está una anotación escolar sobre Joey en la que se lee: “Does not function as a member of class” (No funciona como miembro de la clase), una muestra genuina de su rebeldía desde la infancia.

Cada uno de ellos tenía rasgos fuera de lo normal. “Johnny tenía rachas de agresividad y rabia; Dee Dee tenía brotes de bipolaridad con las drogas; Joey era obsesivo-compulsivo y pasó tiempo en un instituto psiquiátrico durante la infancia; y Tommy aparentaba ser el más serio y terminó tocando bandolín en un grupo de bluegrass”, cuenta Miller.

Era difícil suponer que de estos ingredientes surgiera un movimiento social y cultural, o al menos un movimiento que impactó la cultura y la sociedad. The Ramones representó lo que algunos jóvenes eran y lo que muchos querían ser (y es debatible si también lo que deberían ser). “Aquí The Ramones no se muestra como los dioses, sino como jóvenes de la calle que fueron”, dice uno de sus grandes fans sobre la exposición.

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