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La historia de amor de la reina Isabel y Felipe cumple 71 años: sus fotos revelan todo lo que vivieron

La reina Isabel está cumpliendo 71 años de matrimonio: se casó el 20 de noviembre de 1947 con el teniente Philip Mountbatten (hoy príncipe Felipe), nacido en las familias reales griega y danesa. La reina lo conoció de pequeña en la boda de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca y el príncipe Jorge, duque de Kent, en 1934. Ella tan solo tenía 7 años, y él 13. Como miembros de familias reales, concidieron desde entonces en muchos otros eventos.

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De acuerdo a Hello, la primera vez que Isabel vio a Felipe con otros ojos fue cuando era solo una adolescente, mientras estaba de paseo por la Academia Naval Británica, cuando él estaba entrenando. Era un joven alto, encantador, con mucha confianza en sí mismo. Desde entonces, «ella nunca pensó en nadie más», declaró su prima Lady Pamela Hicks.

Un amor eterno: la reina Isabel y el príncipe Felipe

La fuente también reveló que la reina, entonces princesa, siempre estaba muy contenta de verlo. «Tengo cartas de ella que dicen: “Es tan emocionante. Mamá dice que Felipe puede venir y quedarse”. Ella estaba enamorada de verdad desde el principio.» Pero cuando la Segunda Guerra Mundial pidió soldados, él fue de los primeros en enlistarse. La pareja pudo reencontrarse recién 8 años después y anunció su compromiso el 9 de julio de 1947. Pero el futuro esposo de la ahora reina tardó mucho en ser aceptado por la familia real y por el público, dado que su familia había sido exiliada de Grecia, sin tierras ni fortuna. Sin embargo, esto no logró destruir la devoción y el cariño que Isabel le tenía. Así, la famosa pareja se casó el 20 de noviembre de 1947 en la abadía de Westminster.

En abril de 1926, el año en que ella nació, sus padres se habían casado en el mismo lugar, según la página oficial de la realeza británica. La reina fue el décimo miembro de la familia real en casarse en este lugar. Más de 2000 personas fueron invitadas a la importante ceremonia, incluidas varios miembros de la realeza de diversos países. Con un vestido de flores inspirado en el cuadro Primavera, de Botticelli, la entonces princesa Isabel se casaría con el duque de Edimburgo. En aquel momento la boda real tenía tanto alcance como hoy en día: se transmitió por la radio BBC a miles de personas, y muchas de ellas fueron a esperar fuera de la abadía.

Su luna de miel fue en Broadlands, la casa de campo que la familia real posee en Hampshire. Un año después de su boda nació su primer hijo, el príncipe Carlos, que también pasaría su luna de miel con la princesa Diana en este lugar, cuyo dueño era un tío lejano del príncipe Felipe. Casi inmediatamente después del nacimiento de su primer hijo, en 1950, nació la princesa real Ana.

Se puede apreciar a una pareja muy feliz en todos los eventos que visitó en los años luego de su boda, en que nacieron sus dos primeros hijos. En la foto, los recién padres asisten a un concierto con la vestimenta formal de la época.

En su visita a Canadá de 1951 vemos una pareja feliz; él trae vibras de nostalgia con el mismo uniforme militar que usó para su boda; el mismo uniforme, además, que los que usaron sus hijos y nietos al casarse.

La reina Isabel fue coronada el 2 de junio de 1953, también en la abadía de Westminster. Ascendió al trono a la edad de 25 años, luego de la muerte de su padre. Desde entonces, participó en numerosos viajes con su pareja, alrededor del mundo. Tal como el príncipe Harry y Meghan Markle, visitaban algunos rincones del globo con la esperanza de llevar algo de ayuda a las naciones de la mancomunidad británica. Entre 1953 y 1954 visitaron los países de Oceanía. Estos son ellos desembarcando en Fiji.

Además, visitaron Kenia en 1958 y retornaron en 1972, tras 25 años de casados.

También disfrutaban de actividades juntos: el críquet, un deporte parecido al béisbol, era la atracción de la época. Hoy se divierten igual de mucho, pero con actividades más modernas.

Los otros dos hijos de los reyes del Reino Unido nacieron diez años después que su última hija, Ana: el príncipe Andrés, duque de York, nació en 1960, mientras que su hermano, el príncipe Eduardo, conde de Wessex, nació en 1964, bastante tarde dentro del matrimonio de la reina.

A pesar de haber criado varios hijos hasta una edad avanzada, la reina y Felipe nunca dejaron de mirarse por detrás con esos ojos cómplices que son la buena señal de todo matrimonio unido.

En 1972 la pareja celebró sus bodas de plata. «Si me preguntan lo que pienso sobre la vida en familia luego de 25 años de matrimonio, contestaría con igual simplicidad y convicción que está hecha para mí», fue la declaración de la reina en ese entonces. Desde ahí, su amor solo parecía ir creciendo.

En 1997, en sus bodas de oro, Felipe reveló el secreto del éxito en su matrimonio. Dijo: «La tolerancia es el único ingrediente esencial en cualquier matrimonio feliz [...]. La reina tiene la cualidad de la tolerancia en abundancia».

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Ella también tenía algo que decir de su marido: «Él es alguien que no se entrega fácilmente a los halagos. Pero ha sido, simplemente, mi fuerza y mi ancla todos estos años. Yo y su familia entera, en este y en otros muchos países, tenemos una deuda con él mucho más grande de lo que él admitirá o llegará a saber.»

La admiración que los dos se tienen llega hasta nuestros días. Aún hoy podemos verlos con la misma expresión en su rostro que en el día de su boda; un matrimonio exitoso que es ejemplo a seguir, especialmente de sus nietos. «Me encantaría saber su secreto. Son la pareja más encantadora, y espero que Catherine y yo tengamos ese tipo de futuro delante de nosotros», fue la dulce declaración de su nieto, el príncipe Guillermo.

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