Un espasmo sollozo es un trastorno, por el cual quien los presenta pasa por crisis recurrentes de apnea transitoria, pérdida de la conciencia y postura anormal. Es importante que los padres sepan sus características para poder diferenciar este cuadro de otros más graves, ya que en los casos de espasmo sollozo la situación es alarmante pero benigna.
¿Qué es un espasmo sollozo?

Se caracteriza por seguir una frecuencia debidamente establecida. Generalmente comienza por un berrinche cuando el pequeño está enojado, frustrado, dolorido o sorprendido: comienza llorando, se queda quieto, exhala, deja de respirar, se pone cianótico, pierde la conciencia y en ocasiones se queda tieso o flácido. En los casos en que deja de respirar por más de 10 minutos comienza a hacer convulsiones para luego volver al estado de flacidez. Todo esto suele durar de 2 a 20 segundos, y se presenta entre los 6 y los 18 meses de edad.
En los recién nacidos, podemos ver que esto sucede mientras los alimentamos o les cambiamos los pañales. Podemos destacar el espasmo sollozo cianótico, o el espasmo sollozo pálido. Se diagnostica en el momento que se descartan todas las enfermedades producidas en el sistema nervioso central, cardiovascular, respiratorio y también las enfermedades metabólicas.
Estos episodios son más frecuentes en niños que presentan trastornos en la conducta, hiperquinéticos, enuréticos, desobedientes y agresivos. No está definido con precisión lo que provoca esta conducta pero tienen relación factores anatómicos, estímulos vagales, hiperventilación o caídas de la presión arterial. La anemia puede ser otra causa, ya que se oxigena mucho menos el cerebro y es un factor que suele desencadenar en espasmos.
Para disminuir los episodios de espasmo sollozo se recomienda el consumo de sulfato ferroso en forma oral por 3 meses o hasta que los valores de la hemoglobina se normalicen.









