Algunos obstetras ofrecen a las mujeres embarazadas hacerse una amniocentesis entre las semanas 16 y 20 de embarazo. ¿En qué consiste una amniocentesis?
¿Qué es la amniocentesis?

Se trata de un examen prenatal en que se extrae una muestra de líquido amniótico del útero para analizarla y diagnosticar la existencia de malformaciones genéticas y cromosómicas en el bebé. No es un examen obligatorio; existen algunos factores de riesgo que determinan que tu obstetra te recomiende o no realizarte una amniocentesis.
Esos factores son:
- Edad de la embarazada que indique mayores riesgos de tener un bebé con Sindrome de Down (en mujeres mayores)
- Si un examen prenatal anterior mostró signos de alguna anormalidad
- Existencia de antecedentes familiares de: problemas con el factor RH, anencefalia, sindrome de distrés respiratorio, espina bífida, fibrosis cistica, hemofilia, disfrofia muscular, talasemia o anemia celular falciforme.
¿Existen riesgos durante el examen de amniocentesis?
Existe un riesgo de un 1% de aborto. Por eso es un examen que se hace realmente si es necesario y hay factores que lo indiquen necesario.
¿Cómo se lleva a cabo una amniocentesis?
Para este examen, se inserta una aguja a través del abdomen de la mujer embarazada para extraer una muestra de líquido amniótico. Este procedimiento se hace simultáneamente con una ecografía, para que el médico inserte la aguja sin riesgos a la placenta o al bebé. No es un exámen doloroso, aunque puedes experimentar cierta incomodidad. La mamá debe tomar un reposo de 24 horas luego del exámen.
La muestra de líquido amniótico es llevada a un laboratorio y los resultados llevan 2 o 3 semanas. En caso de que los resultados muestren la existencia de un desorden genético en el bebé, se ofrecerá a la mamá apoyo y guía respecto a sus opciones y riesgos.
Es importante que la mamá sopese con su familia las implicancias de aceptar este examen prenatal, y decida en caso de tener un bebé con un desorden genético con qué recursos cuenta para afrontar la situación.









