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Puedes ser «buena madre» sin amamantar: esta madre explica por qué

En los últimos años se ha promovido fervientemente la lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé y muchas madres la han incorporado exitosamente a sus vidas. Sin embargo, la promoción de la lactancia ha silenciado a las voces de las mujeres que tienen motivos para no amamantar.

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Amamantar es un acto hermoso. También es agotador. La experiencia difiere un poco de lo que te cuentan y no lo sabes hasta que lo vives. Un bebé recién nacido puede llegar a mamar durante 40 minutos y cada 2 o 3 horas, a veces en menos tiempo, según sus necesidades. Eso significa que tienes que estar completamente disponible para tu pequeño. Puede que tengas que comer las comidas frías, porque tu bebé buscó el pecho justo cuando ibas a almorzar; amamantes casi desnuda, porque saliste de la ducha con prisa al escuchar a tu bebé llorar; trates de mantenerte despierta y que los brazos no se te aflojen al sostener a tu bebé en la madrugada. Y más, muchos esfuerzos más.

Solo el amor puede motivarte a hacer esos esfuerzos por tu bebé. Pero algunas madres rebozan de amor y no pueden dar el pecho por razones físicas. Quedarse sin leche es más frecuente de lo que se piensa y es un motivo para introducir la leche de fórmula. Y hay otros motivos que solo una madre comprende y nadie debe cuestionar porque significa poner en duda el amor que siente por su hijo.

El amor de madre no se define por una mamadera

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Una madre y activista española en favor de los derechos de las mujeres, Beatriz Gimeno, escribió:

"[...] a muchas nos parece que dar de mamar es incómodo, que duele, que es desagradable y que nos convierte durante meses o años en adminículos de un bebé; quien quiera pasar por eso está en su derecho, a muchas no nos da la gana. Que el bebé se convertirá en un niño y adulto exactamente igual si ha mamado que si no [...] Que ser madre lactante no es una obligación, sino una opción; que se puede ser buena madre y dar biberón; que dar el biberón tiene para muchas de nosotras la ventaja de que el padre o la otra progenitora comparten así a partes iguales la crianza y eso es bueno no sólo para el niño, sino también para la madre que vuelve a ser cuanto antes una persona independiente y libre, además de mucho más descansada [...]".

Las palabras de Beatriz sacan a la luz una situación con la que muchas mujeres se identifican. Dar de mamar puede ser molesto y doloroso para las madres que tienen mastitis. También para las mujeres que tienen los senos agrietados. Algunas se quedan sin leche al poco tiempo por el estrés que ocasiona la llegada de un hijo y la presión por tener que dar pecho. Muchas de estas mujeres darían lo que fuera por poder amamantar sin problemas y sin presiones, pero no tienen otra alternativa que dar el biberón. Dejar de alimentar a un hijo no es una opción; alimentarlo con leche de fórmula sí.

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Biberones de fórmula y leche materna

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Con frecuencia se asocia dar el biberón con alimentar al bebé exclusivamente con leche de fórmula y es un error. Muchas madres se extraen leche y la almacenan en la nevera para dársela al bebé en un biberón. Algunas lo hacen por cuestiones de tiempo y práctica, otras lo hacen para que el bebé pueda desarrollar apego con su padre. Un bebé alimentado con leche materna del pecho u ofrecida en un biberón es un bebé bien alimentado.

La leche materna no pierde sus nutrientes por ser servida en un biberón. Un estudio del Departamento de Kinesiología de la Universidad Estatal de Pensilvania comparó el crecimiento de los lactantes alimentados a pecho y lactantes alimentados con cantidades significativas de leche materna en biberón durante los primeros 6 meses de vida y encontró que el método de administración para la leche materna no afecta su crecimiento.

Dar de mamar no solo conlleva beneficios alimenticios, también es importante para establecer un vínculo con el bebé y hacerlo sentir seguro y protegido. Sin embargo, estos beneficios también pueden ser recibidos por el bebé de otras formas y no requieren un seno o biberón como intermediario.

Es importante que seas sincera contigo misma y evalúes cuál es tu situación y qué quieres hacer. Cualquiera sea tu decisión estará bien si te sientes en paz y tu familia te acompaña. Si tú estás bien, tu bebé también lo estará.

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