A veces como madres nos podemos sentir superadas. Te encanta participar de reuniones familiares, donde puedas ponerte al tanto de las novedades en la familia, además de que te parece una buena oportunidad para que tu hijo socialice y se divierta jugando con otros niños. Pero de repente unos gritos silencian la reunión y tú ya presientes lo que ocurre: tu hijo ha comenzado una pelea y a tí en lo único que se te ocurre pensar es que la tierra te trague. Lo mismo ocurre en el colegio y en tu casa, cuando otros niños concurren a jugar.
¿Por qué mi hijo pelea más que otros niños?

Para aliviar la tensión de tu cuello, hoy te cuento por qué hay niños que pelean más que otros.
Todos los niños no son iguales
Y no hay verdad más grande, así como no todos los padres son iguales. Lo más conveniente es conocer el temperamento de cada niño; algunos niños son más tolerantes y flexibles, mientras que otros se comportan de forma más intensa y tienen mayor energía. Si conoces profundamente el temperamento de tu hijo, podrás ayudarle mejor a resolver los conflictos.
Según la Academia Americana de Pediatría, el temperamento es una cualidad innata del niño, aunque algunos rasgos son modificables en sus primeros años de vida, debido a la interacción con sus padres y con el mundo que lo rodea.

Amansando las fieras
Para poder lidiar con el temperamento más intenso de tu hijo, deberás tener paciencia y controlar tu propio temperamento. No establezcas batallas permanentes con tu pequeño, toma distancia de la situación y trata de encontrar una salida desde el humor y la picardía.
Presta atención a la necesidad de competencia que pueda establecer tu hijo contigo y con los demás niños. Algunos pequeños son altamente competitivos y lucharán por ganar a cualquier costo. Enséñale que la mejor competencia es la que puede establecer consigo mismo.
También es importante tener en cuenta situaciones de estrés que pueda estar atravesando la familia en momentos determinados, como puede ser el desempleo de alguno de los padres, una mudanza, la llegada de un hermanito, la muerte de algún ser querido, etc. Si el entorno que lo rodea es de tensión, el niño también estará más tenso y posiblemente sienta la necesidad de expresarlo a través de conductas explosivas.
Trata de entender qué puede llevar a tu hijo a generar conflictos, ya que generalmente serán cosas que lo sobrepasen y no logre resolver. Y es para esos momentos que los padres estamos.
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