Hoy en día, cuando las mujeres cada vez tienen más independencia y solvencia económica, pero no dejan de lado sus tareas hogareñas, ¿dónde quedan los hombres parados en esta situación?, y sobre todo, ¿qué pasa cuando estos hombres se convierten en padres?
Padres modernos

A no desesperar hombres, porque todo tiene su solución, aunque para que las cosas salgan lo mejor posible no hay recetas claras, sino que cada uno debe poner su mayor empeño y así logrará algo positivo. Vale aclarar que hay varios tipos de padres, algunos son muy dedicados a su trabajo y cuando llegan a la casa tarde ven a su hijo dormido, le dan un beso y se van a dormir ellos. Otros, se hacen los hombres rudos frente a los demás, pero a puertas cerradas no pueden evitar que alguna lagrimita corra por su mejilla de la emoción que le genera ese ser que es parte de su creación. Y, luego, están aquellos que se derriten por sus bebés y no paran de secarse la baba que se les cae sin cesar al ver a esas criaturitas tan tiernas y delicadas.
Pero acá no estamos para juzgar a nadie, sino para ayudar a todos, a que cada uno pueda ser el padre que más desee, y pueda transmitir su cariño y amor de manera natural, sin miedos, tapujos ni barreras que lo frenen.
Lo importante es que cada hombre se ponga en el rol de padre, más allá de su género masculino, y dedique el mayor tiempo posible a su hijo, le transmita calor, cariño, cuidado, y si le tiene que cambiar el pañal que lo haga, que no se asuste porque nada terrible va a pasar, y lo puede hacer perfectamente.
Si están en pareja, lo pueden cuidar juntos y dividirse roles y tareas, y si es un padre soltero, puede aprovechar cada momento para disfrutar de las novedades que un bebé genera a cada segundo. No hay recetas con los ingredientes y las medidas exactas para ser un buen padre, pero cada intento es un logro, así que aprovecha de algo tan hermoso y único como lo es un hijo. Y olvídate de cualquier otra cosa que no merezca la misma importancia, porque los momentos que se pasan con un hijo no se repiten jamás.
Vía| planetamamá









