Durante las primeras dos semanas después de quedar embarazada una mujer sentirá probablemente algunas molestias. El fenómeno es totalmente normal y necesario para que el organismo se prepare ante la llegada y crecimiento del bebé. Puede parecerse a las incomodidades propias del período menstrual, pero es totalmente diferente. Veamos por qué tienen lugar estos malestares durante el embarazo.
Molestias en la primera etapa del embarazo

Cambios en el organismo femenino
El útero femenino se compone de músculos y otros tejidos que le permiten expandirse más allá de lo normal durante el curso del embarazo. Las hormonas van preparando las condiciones para un parto exitoso.
Por otra parte, al producirse la fertilización del óvulo, este se aferra a las paredes del tracto uterino, lo que conduce a molestias para su portadora. Las hormonas también envían señales al útero que indican que el proceso para lograr el bienestar del futuro bebé ha comenzado.
Además se producen incomodidades causadas por la vejiga, que ha sido impregnada de nuevos ingredientes. La micción constante es consecuencia de este mismo suceso. No es normal que se produzcan sangramientos fuertes, y en ese caso debes acudir inmediatamente al médico.
Remedios para las molestias del embarazo
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Puedes tomar un calmante para aliviar el dolor y el malestar. Asegúrate de preguntar a tu médico cuál exactamente es aquel medicamento que puedes usar.
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Son muy eficaces las bolsas calientes colocadas en la parte inferior del vientre. Es un remedio muy antiguo usado para reducir los dolores de la región.
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Debes descansar muy a menudo. Ello no solo funcionará para aliviar las incomodidades de las primeras semanas, sino también para fortalecer tu organismo, que necesita recuperación bajo tales circunstancias tan especiales.
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Por estos días evita tener relaciones sexuales. Más adelante te sentirás mejor y podrás volver a la intimidad con tu pareja sin correr riesgos de salud.
- Las molestias del embarazo pueden traer también problemas de indigestión. Un buen remedio es beber abundantes cantidades de agua, lo que será muy propicio para todo el organismo.

No desesperes, el proceso es normal y, por fortuna, dura unas pocas semanas. Cuando el cuerpo se adapte a su nueva situación, podrás entregarte a la alegría que significa estar esperando a un bebé.
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