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Mi hijo se muerde las uñas: ¿qué hago?

Los niños son ansiosos. Todo debe ser ya, debe ocurrir en el mismo momento en que lo desean; es más, incluso por momento hasta pareciera ser que antes de que sus deseos salgan de sus labios, tú ya debes saber lo que están pensando. Y es debido a esta ansiedad, propia de la edad, en la que nada puede esperar y su paciencia es muy limitada, que desarrollan ciertos hábitos que una vez adquiridos pasan a ser una misión imposible para los padres para erradicarlos.

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Hábitos como succionar el pulgar, torcer sus pelos y hasta hacerse nudos imposibles de desatar en el pelo -este fue mi caso de pequeña- aparecen sin ser llamados y no aceptan que los eches amablemente. Hoy hablaremos de qué puedes hacer si tu hijo se muerde las uñas.

Morderse las uñas: ese hábito tan temido

Como siempre, para crear o deshacer hábitos deberás aplicar paciencia, desde la "p" hasta la "a". Observa si tu pequeño puede estar pasando por alguna situación que lo lleve a estar más ansioso que de costumbre, como por ejemplo, la llegada de un nuevo hermanito, una mudanza, cambio de colegio, etc. Si es así, trata de hablar de lo que le está pasando, hablar de sus preocupaciones es darle la oportunidad de que se desahogue y calme su ansiedad.

No se trata de castigar a tu hijo por este hábito, no lo hace de manera consciente o para sacarte a tí de las casillas. Lo que puedes hacer es mantener sus uñas recortadas, limpias y pulcras, y esperar a que el niño tome la decisión de dejar de morder sus uñas. Una vez que haya tomado esta decisión, conversa con él y llega a un acuerdo acerca de la estrategia a seguir para erradicar este mal hábito.

Imagen Thinkstock

Estrategias para que tu hijo se deje de morder las uñas

La batalla no será fácil, pero cuando tú y tu pequeño se proponen lograr algo juntos resultan un equipo imbatible. Más si se recurre a ciertos trucos que pueden ayudarte.

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Dile a tu hijo que piense en una palabra secreta que funcionará como contraseña, y que sólo ustedes dos conocerán el significado. Incluso puede ser una palabra inventada por él, para que le resulte más divertido. Cada vez que tu pequeño se lleve la mano a la boca, para morderse las uñas, sutilmente tú le dirás la contraseña para recordarle que no debe hacerlo. En más de una oportunidad, les parecerá divertido ver la cara con la que los miran el resto de las personas ajenas a su acuerdo secreto de espías.

Sustituye las uñas por un objeto, una pelota blanda de goma, en la que tu hijo pueda descargar su ansiedad.

Si se trata de una niña, puedes estimularla, proponiéndole hacerle una vez por semana un " spa para manos". Píntale las uñas con color y colócale crema en las manos. Verás cómo se sentirá estimulada a dejarse las uñas largas para lucirlas con sus amigas.

Por último, en el mercado se venden algunos productos amargos para pintar las uñas y desalentar a los niños a morderlas. Consulta previamente con tu pediatra o con el farmacéutico para saber cuál es el más indicado.

Si llegaras a notar que tu pequeño excede el límite de morder las uñas, y se lastima hasta sangrar o muestra otros hábitos en los que pone en riesgo su salud, es hora de consultar con un médico para que indique el tratamiento adecuado.

Encuentra en EntrePadres más información útil acerca de malos hábitos en los niños.