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Mi experiencia al parir a mi primer hijo

El momento del parto es muy especial y único para cualquier mujer embarazada. Desde el séptimo mes de mi embarazo empecé a agobiarme por todas las experiencias que escuché, y al ser madre primeriza me entró el miedo. 

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Un par de veces sentí ansiedad y me estresé mucho al pensarlo, hubo madrugadas en las que me levanté de la cama para arreglar la habitación de mi bebé e incluso para arreglar el bolso que debía llevar al hospital. 

Si a ti también te asusta el momento del parto, no debes preocuparte en exceso. Hoy contaré mi experiencia para que sepas cómo me fue y te ayude a estar más tranquila.

Empiezan las contracciones...

Recuerdo que ese día tenía un antojo muy fuerte de comer uno de mis platos preferidos que prepara mi madre, que casualmente estaba conmigo ese día. Y creo que fue la vez que más disfruté de una comida en toda mi vida, ¡qué placer! 

Fue justo después de comer, cuando llegó la hora del café, que empecé a notar las primeras contracciones. Como no rompí bolsa, esperé hasta que las contracciones se hicieran más seguidas. Empecé a contar las contracciones, primero las sentía cada media hora, después cada veinte minutos, después cada diez, cada cinco... y cuando llegaron a cada tres minutos fue cuando salimos hacia el hospital, ¡mi bebé estaba en camino! ¡Qué nervios, miedo y alegría al mismo tiempo! Sin embargo, esperé demasiado para salir.

Imagen Thinkstock

Una vez en el hospital

En el hospital los dolores eran cada vez más y más fuertes, fui a monitores y me dijeron que estaba dilatada de apenas dos centímetros, que era muy poco y que debía esperar en una sala. Al cabo de unas horas pasaría a verme la matrona.

¿Qué pasó? Cuando apenas llevaba 10 minutos en la sala, tenía dolores cada vez más fuertes. Mis gritos de angustia alarmaron a mi madre y ésta fue corriendo a llamar a una matrona. Mi marido permaneció conmigo en la sala. (Sirve de mucho el estar acompañada durante el trabajo del parto y en el parto. Si tú puedes estar acompañada, te lo recomiendo).

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Ver más: Cómo son las contracciones cuando se acerca el parto

¡Que ya llega! 

Me miraron y ¡estaba dilatada de 7 centímetros en 10 minutos! (Se necesitan 10 centímetros para empezar a empujar) Hasta la matrona se quedó sorprendida y justificó tanto dolor, así que me envió rápidamente a paritorio. Después de una larga noche, tras una epidural que no hizo efecto y sólo ralentizó mi parto, mucho dolor, muchos empujones en diferentes posturas y un desgarro considerable... ¡al fin asomó la cabeza de mi bebé!

Después de verle la carita por primera vez a mi bebé, te puedo asegurar que pasaría por lo mismo cien mil veces más si hiciera falta para traer a otro hijo al mundo, sano y salvo, como hice aquella noche. Así que no te preocupes por el parto, porque doler duele, pero el traer un hijo al mundo vale la experiencia. 

Las cesáreas son otra historia más complicada, pero de los casos que conozco la conclusión es la misma: todas las madres pasaríamos por ello una y mil veces por abrazar a nuestros hijos. 

Seguir leyendo: Consejos para superar el miedo al parto

¿Estás embarazada y tienes miedo? No dudes en compartir con nosotras tu sentimientos. Y si ya eres mamá, ¿compartes con nosotras tu experiencia? ¡Nos encantará que compartas tus recuerdos y tus primeros momentos con tu bebé con nosotras! 

María José Roldán tiene una diplomatura como Maestra de Educación Especial (Pedagogía Terapéutica) cursada en la Universidad de Barcelona, España, en la Facultad de Formación del Profesorado. Además, es licenciada en Psicopedagogía por la UOC (Universidad Abierta de Cataluña, España). Desde el 2008 trabaja en contacto con el sector educativo y brinda asesoramiento individual a padres y madres.
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