Los peligros de los andadores para bebés

Durante mucho tiempo los andadores fueron utilizados por millones de padres para entretener a sus hijos y ayudarles a dar sus primeros pasos, pero hoy en día se sabe que su uso no es beneficioso. Los riesgos de los andadores para bebés son múltiples y debes conocerlos para pensar muy bien antes de comprar uno de ellos.

Peligros concretos del uso del andador

A los bebés les encanta usar el andador. Mejor dicho, les fascina. Creo que esa es una verdad irrevocable, y es por lo mismo que muchos padres optan por tener uno en casa, además de creer que es una herramienta positiva para que aprendan a caminar y una especie de baby sitter para cuando están un poco cargosos.

Pero la realidad no es color de rosa, ya que los andadores provocan la mayor cantidad de accidentes de bebés. Caídas por las escaleras, en piscinas, dedos aplastados, traumatismos de cráneo, fracturas de extremidades, quemaduras, intoxicaciones…y la lista sigue. Tal es así que en Canadá están prohibidos desde el año 2004.

Esto sucede porque los andadores le permiten al bebé moverse a velocidades que no son naturales para él, ni siquiera para que los padres puedan reaccionar ante algún imprevisto. Van más rápido y tienen acceso a otras alturas y peligros.

Mejor que el andador es gatear y rodar

Se ha demostrado a partir de varios estudios que el uso del andador no estimula la adquisición de la caminata, es más, la retrasa. Entre los seis meses y el año de vida, los bebés desarrollan un fuerte deseo de moverse por el suelo. Al principio podrán estirar brazos y piernas, rodar o arrastrarse, hasta que se van perfeccionando y desarrollan el maravilloso arte de gatear, para luego caminar.

Un bebé que usa andador se ve privado de estas experiencias tan enriquecedoras, y usarán los dedos de los pies en posición nada natural. Este niño tardará más en aprender a gatear y a caminar. Pero su desarrollo motor no es sólo el que sufre un retraso, sino también el intelectual, aunque no lo creas.

Por eso ya ves lo importante que es que cuides su bienestar y lo dejes en el piso para que pueda experimentar con todo su cuerpo y lograr verdaderas proezas, como alcanzar un juguete o lanzarlo bien lejos.

Hay muchas actividades que puedes hacer para estimular el desarrollo motor, sin tener que caer en el peligroso andador. Acuéstalo en el piso con varios juguetes, utiliza alfombras de ejercicios o centros de actividades fijas.

¡Y a divertirse!