Llevarse el dedo pulgar a la boca es una de las prácticas que más identifica a los bebés y viene desde antes de nacer, cuando se está desarrollando en la panza de su madre. Y esta costumbre tiene un por qué: el niño chupa su dedo pulgar porque le brinda una sensación de confort y tranquilidad.
Los niños y la costumbre de chuparse el dedo

Si un chico se despierta en medio de la noche porque tiene miedo, se chupa el dedo para desviar su atención y volverse a dormir. Es un hábito natural de todo niño que no debe preocupar a sus padres.
Sin embargo, no es conveniente que se extienda durante mucho tiempo: el niño debe dejar de chupar su dedo pulgar como máximo a los 6 años, pues si no le traerá complicaciones en el nacimiento de sus dientes definitivos.
En esos casos, los padres deben estar cerca y vigilar su actividad. Además de que ya están grandes para ese hábito, su presencia quizás también indica que el niño está perturbado o intranquilo por algo, aunque sea inconscientemente.
¿Qué debes hacer para que tu niño deje de chuparse el dedo pulgar? Si bien todos los niños son únicos y cada uno de ellos tiene sus tiempos, ten en cuenta los siguientes consejos para ayudarlo a dejar esta costumbre poco a poco:
En primer lugar, nada de castigos o azotes, pues nunca sirven para nada y menos en el caso de un hábito que al niño le surge por sí solo naturalmente.
Debes encontrar algún juguete especial para que el niño se entretenga o cantarle una canción de cuna antes de dormir para brindarle esa sensación de calma que busca.
Si notas que tu niño chupa su dedo pulgar cuando está cansado, ofrécele más tiempo para que duerma. Si lo hace mientras mira su programa de televisión favorito, obséquiale algún muñeco o juguete para que mantenga sus manos ocupadas.
Evita que chupe su pulgar en lugares públicos o delante de mucha gente. Dile que eso no debe hacerlo y prémialo cuando notes que de a poco ha logrado despegarse del hábito.









