Cada una de las etapas de la maternidad son algo maravilloso para vivir. La confirmación del embarazo, las primeras ecografías, ver crecer la panza y sentir las pataditas del bebé, son momentos únicos que vamos a atesorar en nuestra memoria por siempre.
Los momentos mágicos de la maternidad que ninguna mamá podrá jamás olvidar

Elegir la ropa del ajuar también es algo para recordar, ¿rosa o celeste? ¿blanco o amarillo? Y algo que es fundamental y a veces es el origen de discusiones: elegir el nombre del niño o la niña que viene en camino. Escribir listas interminables con opciones, buscar los significados, ver si queda bien con el o los apellidos...

El día del nacimiento es algo que no se olvida, sin importar si es parto natural o cesárea. Ver al bebé por primera vez es algo que queda grabado a fuego en nuestra mente por siempre; lo mismo que al darle el pecho la primera vez, y contemplarlo de pies a cabeza para comprobar que es el ser más perfecto que existe a nuestros ojos.
Darle sus primeras comidas y presenciar los primeros pasos inseguros que da nuestro hijo, son hitos que no se olvidan. Cómo olvidar además sus primeras palabras y frases, o sus primeros dientes, es algo que no se olvida, ¡nunca!

Quizá puedes pensar que al tener dos o más hijos la sensación ya no es la misma y que todo va a ser más conocido. Sin embargo, cada bebé es completamente diferente. Observar su crecimiento día a día y todo lo que aprende es una parte innegable de ser mamá.

Cada niño es diferente y todos, a su vez, se parecen. Si tienes conversaciones con amigas que tienen niños de la edad del tuyo, te habrás dado cuenta que muchas de las cosas que hacen son similares en cuanto a aprendizaje aunque algunos tarden más que otros en aprender algunas cosas.
Disfruta cada una de las etapas del crecimiento de tus hijos y no te pierdas absolutamente nada. Todas son maravillosas aunque algunas veces terminemos agotadas, ¡el tiempo pasa demasiado rápido!








