Recuerdo cómo Micaela, mi hija más grande, disfrutaba de su "meme". Para el resto de los mortales mamadera o biberón; de la "meme" y de su "peludito", una frazadita que sufría los embates de los dedos de mi niña, que hacían pequeños nuditos con su pelusita. Era todo un ritual, mamadera y frazadita juntas, aunque el termómetro indicara cuarenta grados de sensación térmica, ¡y en la sombra!
Lo que hay que saber para preparar el biberón


Si tu bebé ya está listo, y tú también, para disfrutar de este nuevo desafío; o si directamente deberá alimentarse usando la mamadera, acá te contamos los secretos que encierra el arte de preparar el biberón.
Hablemos del cuerpo de la mamadera
La eterna duda de toda mamá primeriza es si la mamadera debe ser de plástico o de vidrio, aunque debemos reconocer que en los tiempos que corren el plástico le viene ganando la apuesta al vidrio, ya que las botellas de plástico son más livianas que las de vidrio, además de ser irrompibles.
En el pasado, muchos padres preferían las botellas de vidrio, porque las de plástico estaban fabricadas con un químico denominado bisfenol A. Sin embargo, en la actualidad casi todas las autoridades sanitarias realizan controles para evitar la utilización del mismo.
Otro tema importante a tener en cuenta son los pezones o tetillas. La mayoría de ellos están fabricados de látex o silicona, y vienen en varias formas y caudales, lo que hace que el orificio del pezón varíe. Siempre sustituye los que estén agrietados o descoloridos.

Preparando el biberón
Aunque parezca uno de los consejos dados por nuestras abuelas, es importante estelirizar el biberón antes de cada uso, colocando tanto el biberón como las tetinas en agua hirviendo durante cinco minutos.
Para calentar la leche, evita utilizar el microondas, ya que no siempre el contenido se calienta por igual y puede quemar la boca de tu bebé. Para probar la temperatura de la leche, vuelca unas gotas en la parte superior de tu mano, ya que la muñeca es menos sensible al calor.
Cuando tu bebé es muy pequeño, es conveniente que no lo dejes solo tomando el biberón. Sosténlo en tus brazos, es una delicia observar como sus ojitos se clavan en los nuestros y muchas veces hasta se sonríen mientran toman la leche. Esto evitará el riesgo por asfixia y la aparición de futuras caries en sus dientecitos.
Muy importante es desechar la leche que tu bebé no consuma en el momento. ¿Sabías que la leche materna puede conservarse hasta siete días en la heladera y hasta tres meses en un freezer?
Haz de la preparación del biberón de tu pequeño más que un momento para alimentarlo; conviértelo en un ritual, un ritual de encuentro de las miradas; un ritual de caricias y de besos, de esta manera estarás alimentando no sólo su cuerpo, sino su alma.
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