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Las primeras comidas de tu bebé ¿sin papillas?

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¿Sabías que en algunos países las papillas son algo desconocido, o que sólo se da a los bebés con algún problema de desarrollo? Con base en evidencia científica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda alimentar al bebé de forma exclusiva con leche materna (o en su defecto con fórmula), sin agregar tés, agua u otros alimentos, durante los primeros seis meses de vida.

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Pero pasado este tiempo, cuando llega el momento de iniciar los alimentos, muchas mamás se topan con el dilema de que el bebé no acepta la comida, y piensan que se debe a los sabores extraños, cuando muchas veces lo que no les gusta es la consistencia.

Existe un método llamado Baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda, que sencillamente significa dejar que el bebé se alimente por sí mismo con comidas sólidas, sin purés ni papillas.

La idea es que el bebé se integre a la dieta familiar y comparta la hora de la comida con todos, usando primero sus manos y después los cubiertos, en cuanto esté listo para ello.

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Esta técnica se ha implementado durante muchos años en varias partes del mundo, pero el término comenzó a usarse en Inglaterra alrededor de 2003 gracias a la investigadora Gil Rapley, quien escribió un libro donde describe esta forma de iniciar la alimentación complementaria de los bebés.

La idea principal del baby-led weaning es que el niño descubra la comida como parte de su proceso de exploración del mundo, aprovechando su deseo de indagar y experimentar, puesto que l os bebés están ansiosos por conocer nuevos sabores, colores y texturas.

Entre las ventajas de este singular método de alimentación están:

  • Generar interés en la comida.
  • Lograr una experiencia placentera con la alimentación, evitando así pelear y obligarlo a que coma.
  • Desarrollar y mejorar la psicomotricidad gruesa y fina.
  • Fomentar la independencia y la confianza en sí mismo.
  • Permitir que el bebé decida la cantidad de alimento que ingiere (respetar su saciedad).

La idea es ofrecer alimentos blandos para que pueda masticarlos aun sin dientes, como frutas y verduras suaves, y conforme se vaya desarrollando incrementar las opciones, evitando cosas con las que podría atragantarse como semillas (cacahuates, nueces y almendras), uvas enteras, pasas, palomitas o trozos duros de carne.

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Si estás interesada en probar este método de alimentación complementaria, busca más información y ¡no temas! Te sorprenderá la capacidad de tu pequeño para regular lo que come, mastica y traga, y su curiosidad será el principal motor para hacer de la hora de la comida una experiencia maravillosa.

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