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La importancia del castigo en los niños

El castigo forma parte de la educación de los niños, aunque se debe enfocar como consecuencia para que el pequeño sea capaz de reflexionar sobre sus propias actuaciones. Es algo obvio si te digo que los castigos jamás deben ser físicos y con violencia de ningún tipo. Pero, ¿ cuáles son los castigos para un niño menor de 6 años y cómo deben emplearse?

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¿Por qué castigar a los hijos?

Los castigos (consecuencias) deben hacer que tu pequeño sea capaz de reflexionar, ¿cómo? renunciando a algo que le gusta. Por ejemplo, "Cariño, si sigues saltando encima de la cama después no podrás ver tu programa favorito".

Este ejemplo de la televisión es uno, pero también pueden ser: no jugar a los videojuegos, no salir al parque una tarde, no comer su comida preferida durante dos semanas...etc. Todo depende de cuáles son sus gustos porque cada niño es un mundo y sólo tú conoces mejor que nadie a tu hijo.

Los castigos descritos anteriormente van mejor para los niños entre los 5 y los 12 años puesto que entienden más las consecuencias de sus actos.

Pero si tu hijo es menor de 4 años (3 y 4 ) las consecuencias deben ser inmediatas como quitarle un juguete que le guste mucho o estar "en la silla de pensar" (nunca más minutos de la edad del pequeño) y luego hablar con él sobre qué ha pasado.

Lo importante es que tu hijo establezca una relación y se dé cuenta que los hechos tienen consecuencias, tanto positivas como negativas.

Imagen Thinkstock

¿Cómo castigar a un niño?

Cuando decidas aplicar un castigo a tu hijo debes ser objetivo y no dejarte llevar por tu estado de ánimo. Debes hablar con tu hijo con autoridad, en tono firme pero calmado y nunca con gritos porque entonces te desautorizarías instantáneamente.

Los gritos es violencia verbal y le estarás dando a tu hijo un mensaje erróneo. Los castigos siempre deberán estar orientados a reforzar las conductas positivas de tus hijos y educar sobre todo, a través del ejemplo. 

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Y recuerda que el amor educa mucho más que cualquier castigo o reprimenda. Educar con amor, con autoridad y firmeza pero sabiendo ser flexible cuando se debe ser.

María José Roldán tiene una diplomatura como Maestra de Educación Especial (Pedagogía Terapéutica) cursada en la Universidad de Barcelona (España) en la Facultad de Formación del Profesorado. Además, es licenciada en Psicopedagogía por la UOC (Universidad Abierta de Cataluña, España). Desde el 2008, trabaja en contacto con el sector educativo y brinda asesoramiento individual a padres y madres.