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La dermatitis atópica también afecta a los bebés y las mejillas rojas es uno de los síntomas

Publicado 21 Sep 2020 – 01:27 PM EDT | Actualizado 21 Sep 2020 – 01:27 PM EDT
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La dermatitis atópica es un padecimiento de la piel que se manifiesta a través de picazón e irritación en cara, cuello, brazos y glúteos, menciona el sitio especializado Kids Health.

De acuerdo con los especialistas, puede surgir a partir de los 3 meses de edad y en el 60% de los casos desaparece con la llegada de la pre adolescencia (12-13 años).

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica explica que esta afección se presenta con mayor frecuencia en niños con predisposición genética y antecedentes familiares de asma, alergias o rinoconjuntivitis.

Si la dermatitis no es tratada adecuadamente, puede causar complicaciones más graves para la salud del pequeño. Te mostramos todo lo que debes saber al respecto.

Dermatitis atópica: ¿qué es?

El Hospital Infantil de Stanford la define como una enfermedad cutánea prolongada que causa piel seca e irritación. Los bebés pueden presentar esta molestia en —casi— cualquier parte del cuerpo.

La mayoría de las veces afecta sus mejillas, las articulaciones de sus brazos y piernas y sus pompitas.

Es fácil confundir el eccema infantil (o dermatitis atópica) con la costra láctea, mencionan los expertos de WebMD. No obstante, existen algunas diferencias clave que te permitirán diferenciarlas.

La costra tiene un color más claro, no cuenta con ningún tipo de textura y es menos dolorosa. Generalmente surge en el cuero cabelludo, alrededor de la nariz y detrás de las orejas. Es un padecimiento transitorio, por lo que desaparece alrededor de los 8 meses de edad.

Señales que indican dermatitis

La dermatitis puede lucir y actuar de manera muy diferente a medida que tu pequeño crece. Por eso, es muy importante conocer sus diferentes etapas y cuáles son los signos de alerta de cada una.

La Asociación Nacional del Eczema divide este padecimiento en 4 escenarios. Te los mostramos a continuación:

Primeros 6 meses

Por lo general, las molestias aparecen en el rostro, las mejillas, el mentón, la frente y el cuero cabelludo. También puede extenderse a otras partes del cuerpo, como los brazos y el área del pañal.

Durante esta etapa la dermis luce enrojecida, inflamada y con sarpullido o granitos de agua. En la mayoría de los casos, las lesiones desaparecen en cuestión de días o semanas.

De 6 a 12 meses

A partir del medio año de vida, el eccema surge en zonas que son fáciles de rascar o que tienen contacto con el suelo u otras superficies, por ejemplo los codos y las rodillas.

Si tu pequeño se hace una herida mientras gatea o repta, es probable que se forme una costra amarilla o una bolita de pus. Los expertos sugieren llevarlo a un dermatólogo para comenzar un tratamiento y evitar que empeore.

De 2 a 5 años

Alrededor de los dos años es normal que la dermatitis aparezca en los pliegues de los codos y las rodillas, así como en las muñecas, los tobillos y las manos. También puede presentarse en el contorno de los labios y los párpados.

En esta fase, particularmente, la piel de tu hijo tendrá un aspecto opaco y agrietado. Incluso, puede engrosarse y provocar la generación de costras gruesas.

De 5 a 12 años (o más)

Al llegar esta etapa, la dermis de tu pequeño será más resistente y gruesa. Por lo tanto, es probable que el eccema disminuya gradualmente y sólo permanezca en las manos, detrás de las orejas o los pies.

No obstante, si las molestias persisten y vienen acompañadas de dolor constante, heridas leves, irritación o comezón, puede ser señal de otro problema cutáneo como dermatitis seborreica o psoriasis.

Tratamiento

Un examen físico y una revisión de los síntomas suelen ser suficientes para diagnosticar esta infección cutánea.

El tratamiento depende de los síntomas, la edad y la salud general de tu pequeño. La organización Children's National argumenta que no existe una cura específica para eliminar o prevenir el eczema.

No obstante, hay tratamientos y medicinas que pueden aliviar los síntomas y evitar que las heridas se infecten. Las recomendaciones generales son: mantener alejado al bebé de productos irritantes (loción, perfume o pintura) y bañarlo con un limpiador suave.

Asimismo, es necesario que sus uñas se mantengan cortitas (para evitar que se rasque y lastime) y aplicar una crema humectante diariamente, estas acciones reducirán las molestias.

Los ungüentos con corticosteroides, antibiótico y antihistamínico también representan una gran alternativa para disminuir los síntomas.

Recuerda que antes de suministrar cualquier medicamento, pomada o remedio natural, debes platicar con su médico de cabecera para evitar cualquier efecto secundario.

Finalmente, mantente alerta a las señales que envía el cuerpo de tu bebé y no olvides consultar al pediatra en caso de notar alguna irregularidad.

¿Cómo cuidas la piel de tu pequeñito? Comparte tus mejores tips en los comentarios.

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