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La depresión en los niños

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Uno imagina que la infancia transcurre tranquila entre alegrías y sonrisas, que ningún pensamiento negativo puede apoderarse de las mentes de nuestros pequeños, que ningún nubarrón apresaría su alegría, llevándosela lejos, muy lejos. Pero la realidad es que los niños también pueden sentirse tristes y miserables en algunos momentos de sus vidas.

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La muerte de algún familiar cercano, dificultades en el colegio, un distanciamiento con sus amigos preferidos, puede provocarles una profunda tristeza, que aunque uno quisiera que se fuera tan rápido como una tormenta de verano, permanece y se traslada a cambios notables en su comportamiento que les impide participar normalmente de las actividades cotidianas.

Por eso, hoy te acerco este material sobre la depresión en los niños, un tema que nos parece tan importante, para descubrir cuándo, por qué y qué hacer cuando los niños se deprimen.

Síntomas de depresión en niños

Muchas veces los niños no pueden poner en palabras lo que sienten; es más, muchas veces ni siquiera pueden tomar conciencia de los cambios en su comportamiento. Por eso, es necesario estar alerta ante algunas señales que pueden darnos nuestros hijos, que si bien en muchos casos tal vez no nos lleven a la depresión, pueden indicarnos que algo va mal con nuestros hijos.

Estas señales pueden ser: estado de ánimo triste que permanece por varias semanas; falta de interés en actividades por las que antes se mostraba muy entusiasmado; irritabilidad; alejamiento inexplicable de los amigos; sueño perturbado durante algunas semanas; cambios en el apetito; falta de concentración; hablar mucho de la muerte; mencionar el suicidio; perjudicar a otros niños o animales; estar enojado o resentido casi todo el tiempo. No olvidemos que muchas veces los niños pueden mostrarse agresivos, cuando realmente están muy tristes y no saben cómo verbalizar su tristeza.

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¿Por qué se deprimen los niños?

Los niños pueden sentirse tristes por muchos motivos, casi tantos como les pasa a los adultos. Pueden sentirse abatidos ante conflictos en la familia o entre los padres; problemas de relación con sus padres; muerte de un familiar cercano o de su mascota; abuso o intimidación; si alguno de sus padres se encuentra deprimido; fracaso escolar o en las relaciones con sus amigos, entre otras causas.

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¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños si se sienten muy tristes?

A pesar de que puede ser muy difícil hablar con un niño cuando se siente muy triste y abatido, es importante intentar hacer contacto con él y tratar de entender aquello que ha desatado ese estado de ánimo. Por eso, es importante escucharlos, realmente escucharlos, sin interrupciones, sin emitir juicios de valor, incluso sin intentar tranquilizarlos. Puedes ayudarlo a que intente entender qué es lo que le pasa, haciéndole algunas preguntas, pero evitando el por qué, porque seguramente no lo sepan.

También es de mucha utilidad que le hagas saber que los escuchaste y que puedes entender cómo se siente. Si es muy pequeño y le cuesta hablar de lo que le pasa, invítalo a que dibuje. Los dibujos en los chicos pueden ser muy reveladores.

Intenta plantearle la posibilidad de realizar algunas actividades que le puedan generar un cambio en el estado de ánimo. Aliéntalo a hacer cosas que antes solía disfrutar cuando las hacía. Asegúrate que sienta que cuenta con tu total apoyo y comprensión.

Si a pesar de todos tus esfuerzos, sienten que la tristeza de tu hijo perdura, y aún empeora más, es hora de consultar con un profesional; tal vez lo mejor sea que en primera instancia, lo hagas con su pediatra de cabecera y que él te oriente si es necesaria la consulta con un psicólogo.

Comparte en EntrePadres si has atravesado la situación de que tu hijo estuviera muy triste y cómo lo ayudaste. Tu experiencia puede ayudar a otras mamás que estén atravesando por una situación similar.