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La alimentación de nuestro bebé (leche maternizada)

La leche adaptada se diferencia de la materna sobre todo en el hecho de que no contiene los mismos anticuerpos que tiene la generada por la madre, aunque también protege a nuestros bebés de las enfermedades.

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Las proteínas que esta leche artificial contiene generalmente son de origen animal, y puede resultar fuerte para el bebé, ocasionándole alergia. Sin embargo, en casos en que la leche materna no es suficiente, esta otra es la mejor opción hasta que a los seis meses pasa a la leche entera comenzando de a poco a ingerir alimentos sólidos.

La leche maternizada también se da a demanda sin problemas, pero siempre preparándola según como indica el envase, si se quiere espesar se puede perjudicar al bebé sin saberlo.

Cuando la madre considera que su leche es escasa debe consultar al pediatra antes de darle un complemento, siendo necesario que compruebe primero que la misma es escasa y que por tal motivo no aumenta de peso. De todas formas siempre se le debe dar primero el pecho porque la fuerte succión del bebé con hambre aumenta la producción de leche materna, y aparte si le damos primero la mamadera probablemente no quiera luego succionar el pecho porque va a estar lleno y no querrá cansarse.

No olvidemos que para él es más fácil la succión de la mamadera y si permitimos que se acostumbre no le gustará el pecho.

Nunca se deben dejar las mamaderas preparadas con anticipación porque esta leche es muy sensible a la acción de los microbios. Tampoco es recomendable guardar restos de leche por si en un rato llegar a querer tomarla.

Puede que tu hijo sea alérgico a las proteínas que contiene la leche, entonces el pediatra decidirá si darle a tomar leche de soja ó un producto hipoalergénico adecuado.