En algunos países se requieren exámenes prenupciales para contraer matrimonio para saber si el tipo de sangre de ambos miembros de la pareja es compatible, por qué, bueno, para prever que si la mujer se embaraza no desarrolle anticuerpos que dañen a los glóbulos rojos ( células sanguíneas) del feto.
Incompatibilidad sanguínea
La incompatibilidad sanguínea es aquella que resulta de exponer tipos de sangre diferentes que al no ser afines entre sí, producen efectos dañinos.
Cuando dos tipos de sangre diferentes se combinan hay una reacción que se produce entre anticuerpos presentes en uno de los tipos de sangre y los antígenos presentes en otro. Esta incompatibilidad se puede dar por: transfusiones inadecuadas de sangre, bebes con grupo sanguíneo distinto al de su madre, entre otros, que en el caso de los bebés en proceso de gestación puede llevar a la muerte del mismo.
Afortunadamente se puede prevenir y tratar la incompatibilidad sanguínea de madre e hijo, para ello se puede:
Realizar exámenes que identifiquen el grupo sanguíneo y factor Rh de los padres antes de concebir.
Si el niño ya fue gestado y hay incompatibilidad es fundamental que durante el embarazo se realicen mediciones periódicas de los valores de anticuerpos anti-Rh en la madre, lo que permitirá al ginecobstetra anticipar si el bebé presentará problemas.
Si los niveles de anticuerpos maternos se elevan demasiado en la gestación, puede solicitarse una amniocentesis entre las 15 y 18 semanas, método que consiste en insertar una aguja a través del vientre para obtener una muestra del líquido del saco amniótico que rodea al feto dentro del útero. A continuación se procede a medir los valores de bilirrubina en la muestra de este fluido, y si son demasiado altos se somete al feto a una transfusión intrauterina (consiste en proporcionarle sangre a través de la vena umbilical que está conectada a la placenta), procedimiento que se realiza cada 10 a 14 días hasta alrededor de las 32 a 34 semanas de embarazo, momento en el que se suele provocar el parto. En casos menos graves no se efectúa este proceso, sino hasta después del alumbramiento.
Debido a que durante el parto se puede generar contacto entre la sangre materna y fetal, a modo de precaución se inyectan anticuerpos anti-Rh en la madre durante las 72 posteriores al alumbramiento, incluso después de un aborto espontáneo o provocado. Este tratamiento destruye los glóbulos rojos fetales en el instante en que estos pasan al organismo de la madre y antes de que el sistema inmunológico de ella los reconozca como extraños y ponga en marcha los mecanismos de defensa. A través de esta terapia los embarazos posteriores suelen ser menos peligrosos.










