Los bebés cuando tienen apenas unos meses, no tienen un total conocimiento ni control de su cuerpo. Es por esto que un poco de gimnasia ayudará no solo a potenciar su desarrollo físico, sino también a fortalecer la unión con la mamá, dado que a mayor contacto tengan más fuerte será su vínculo.
Gimnasia para el bebé: aprende cómo hacerlo tu misma (I)


Para ello te voy a dar algunos sencillos ejercicios para que realices con tu bebé. Seguramente así se fortalezcan sus músculos y se potencie su natural flexibilidad. Lo ideal es comenzar con 10 minutos de sesión por día, y poco a poco ir incrementando el tiempo.
Un buen momento para realizarlo es después del cambio de pañales, es bueno que siempre elijas el mismo momento, así el bebé se acostumbra y hasta lo espera. También es recomendable que acompañes estos ejercicios con caricias, palabras de amor y mucho ciudado.
Para fortalecer las piernas:
Pon a tu bebé boca arriba, crúzale las piernecitas y haz que se acerquen al vientre. Luego separa sus piernas y extiéndelas. Es algo qué el quizás haga naturalmente muchas veces, pero es bueno que lo ayudes con tus manos, repetidas veces.
Para fortalecer los brazos:
Con el bebé recostado debes tomarlo por las muñecas, dejando que él se agarre de tus pulgares. Luego debes cruzar sus brazos suavemente sobre su pecho y mantenerlos así durante unos segundos. A continuación los vuelves a estirar, y repites este ejercicio 5 veces. Con este estiramiento, ayudarás a fortalecer los músculos de sus brazos así como la flexibilidad de sus hombros.
Para fortalecer la columna vertebral:
Este es un punto muy delicado y es por ello que si bien es bueno ejercitarlo, se debe tener extremo cuidado. Solo se debe de hacer con bebés mayores de 6 meses. Para este ejercicio debes tomar a tu bebé de los tobillos, muy firmemente, luego lo dejas 2 o 3 segundos de cabeza, e inmediatamente lo vuelves a colocar a la colchoneta. Hay que ser muy estricto con los tiempos porque lo que creemos que es bueno para el bebé puede terminar resultando perjudicial.
Para la estimulación:
Las plantas de los pies son extremos que contienen un montón de terminaciones nerviosas, y cuando se es bebé éstas son mucho más sensibles y fáciles de estimular. Es por eso que acariciar la planta del pie es un buen ejercicio para transmitirle nuevas sensaciones y que se lo estimule íntegramente. Comprobarás como de seguro se ríe o se empieza a mover. Haz la prueba de pasar el dedo índice por la cara interna de los dedos, y verás como los tiende a cerrar, mientras que si le rozas suavemente el empeine los abre.
Si te quedaste con ganas de conocer más ejercicios, no te preocupes que en mi próxima entrada continuaré con ellos.









