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¿Sabes qué es el Trastorno del Procesamiento Sensorial?

El Trastorno del Procesamiento Sensorial se entiende como toda  condición anormal que provoca alteraciones en el desarrollo o funcionamiento de algo, hablando en este apartado nos referimos específicamente al trastorno de un proceso neurológico.

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Para comprender cómo afecta este trastorno el desarrollo infantil, hay que entender primero qué es el procesamiento sensorial. 

Vista, gusto, tacto, olfato, oído, todos nuestros sentidos nos ayudan a percibir el mundo, bueno, de hecho los sentidos reciben imágenes, sonidos, sabores, texturas y olores, pero en sí, es el sistema nervioso en conjunto con el cerebro el que interpreta la información recibida para entonces generar una respuesta ante tales estímulos ya que dependiendo el contexto es la percepción neurológica y con ésta su respuesta.

Imagen thinkstock

Si podemos analizarlo así, entonces nos daremos cuenta que nuestro dinamismo en este mundo es gracias a este proceso de percepción y réplica. Entonces, cuando ocurre una dificultad en algún punto de este proceso, se conoce como Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) o Disfunción de Integración Sensorial (DIS).

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Muy ligado a otros trastornos como ansiedad, autismo o TDAH, se encuentra la Disfunción Sensorial y los niños que la padecen escanean al mundo y sus estímulos de forma diferente resultando en comportamientos ligados a la irritación, frustración enojo, explosión, incluso depresión. Viven en la cuerda floja emocional ya que perciben una realidad distorsionada que por lo regular es molesta y ante la cual no saben cómo actuar.

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Si bien aún no se sabe mucho de este trastorno los terapeutas y educadores comienzan a diferenciar este tipo de conductas ya que la limitación sensorial afecta muchos planos del aprendizaje y conexión con el mundo, saltando así a la vista en los primeros años escolares de un niño.

Ante su relación con otros trastornos, la detección temprana del TPS promete una intervención más eficaz ya que se puede tratar con terapia ocupacional y cognitiva además de ayudar a un diagnóstico completo pues éste puede venir de forma aislada o como parte de otras patologías.

Si detectas que tu hijo o hija presenta alguno de los siguientes comportamientos, es posible que se trate de TPS o DIS:

  • Reacciones exageradas, sobre todo de enojo o irritabilidad.
  • Resistencia a los cambios de rutina.
  • Interrupción del sueño o dificultad para conciliarlo.
  • Se asusta con facilidad.
  • Se tropieza seguido o se le caen las cosas.
  • Escribe con dificultad.
  • Le molestan las etiquetas, ciertas telas, el cabello, etc.
  • Rechaza o prefiere solo ciertos sabores y alimentos.
  • No le gustan las multitudes.
  • Tiene un comportamiento extremista; o notoriamente tranquilo o demasiado efusivo.
  • Se molesta fácilmente.
  • Cambia de estado emocional radicalmente.

Como madre de un niño con TGD NE te puedo sugerir que ante la sospecha, es importante insistir en la valoración completa por un experto donde se abarquen tests psicológicos y neurológicos, pero además de las funciones sensoriales, recuerda que aún no se sabe mucho del tema. ¿Reconoces algún síntoma?

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