A partir aproximadamente del año y medio de edad, los Padres empezamos a lidiar con los famosos berrinches de los niños, algo por lo que todos pasamos pero que no deja de ser cansado y algunas veces no sabemos cómo reaccionar o hasta donde corregir, inclusive hemos llegado a perder la paciencia en un par de ocasiones. Hoy quiero invitarte a analizar las diferencias entre un berrinche y el derecho que tiene un niño a estar molesto o enojarse en ciertos momentos.
Diferencias entre un berrinche y un niño enojado

La personalidad del niño

Cada uno de nosotros somos diferentes y nuestros hijos también lo son, hay cosas que indudablemente sabemos que les causaran molestia, por ejemplo, a mí en lo personal no me gusta que me toquen mi cabello (aunque suene raro realmente me puede llegar a molestar que alguien me agarre mi cabello) y esto lo saben las personas que conviven conmigo, por lo que tratan de evitarlo.
El niño es un integrante más de la familia y también hay que respetar su personalidad, si sabemos que hay algo que no le gusta, hay que tratar en lo posible de evitarlo y así evitaremos el famoso berrinche que se da en estos casos, obviamente todo esto hay que aplicarlo con sentido común, hay cosas que a los niños no les agradan como las vacunas, pero son necesarias para su salud.
Respeto hacia sus cosas

Me parece curioso que todos los Padres deseamos que los niños compartan sus cosas con otros niños, pero me he puesto a pensar lo siguiente, a mi no me gustaría compartir mi celular con alguien más y tampoco me gustaría estar compartiendo mis mejores sartenes de teflón o cualquier cosa que para mi sea importante. Claro que es necesario enseñar a los niños a compartir, pero tienen el derecho de tener cosas favoritas y de no querer que nadie más juegue con ellas. En este caso, es oportuno permitir que el niño señale ciertos objetos o juguetes como favoritos y de preferencia ponerlos fuera del alcance de otros niños cuando vengan de visita.
Necesidades satisfechas

¿Cómo te sientes cuando tienes mucha hambre o el cansancio te abruma? Definitivamente a todos nos ha pasado, nuestro temperamento no es el mismo cuando nuestras necesidades básicas no están cubiertas, por lo que obviamente los niños estarán expuestos a malas conductas si tienen mucho sueño o si tienen hambre. Querer negociar con un niño que está cansado o hambriento no funcionará para nada, por el contrario, acrecentará la frustración de los dos.
Claro que hay muchas ocasiones en que el niño simplemente no quiera obedecer o se empeñe en hacer algo que no esta permitido, en todo caso, bienvenido el berrinche y su estilo particular de cada Padre para hacer frente a él, c on paciencia y amor, todo sale mejor.









