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Consejos para ser una mamá feliz

Llenar nuestro mundo de alegría no parece ser una misión fácil, en estos tiempos donde prácticamente muchas veces tenemos que desempolvar la capa de Superman o el fabuloso traje Mujer Maravilla para cumplir con nuestras obligaciones cotidianas. El trabajo, los quehaceres del hogar, la educación emocional y escolar de nuestros hijos, la situación del mundo y la escapada de las divisas y algún que otro cometa empeñado en tropezar con nuestro querido planeta Tierra pueden borrar nuestra sonrisa en una milésima de segundo. Por eso, pensamos decirte algunos consejos para ser una mamá feliz.

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Pinta tu aldea y pintarás el mundo, sonríe y el mundo sonreirá

Según la autora americana Meg Meeker, autora del libro Los diez hábitos de madres felices, las madres universalmente creen que sus esfuerzos nunca son suficientes, sensación muchas veces motivada por las comparaciones con otras madres en pequeñas y grandes cosas. Tal vez, el secreto consista en ser la mejor versión de lo que cada uno es, posibilitándole a nuestros hijos que nos reconozcan y aprendan de nosotros.

Ya lo sabes, aprovecha al máximo tus potenciales y explótalos; esto te divertirá más y te hará más feliz. Por ejemplo, si eres buena horneando pastelitos, no te empeñes en coser trajes como lo hace "la mamá de ...". Hornea los mejores pastelitos con las formas más divertidas que puedas y disfruta. Entonces, el primer consejo es sé tu misma, que no es poco.

Regálate un tiempo sólo para ti

Y esto no significa precisamente tomarse una tarde libre para acudir a un spa, donde nos recuerdan lo bello que es ser mujer, aunque mal no estaría. Significa hacerse de una hora diaria, en nuestra apretada agenda, para disfrutar de un tiempo en soledad ya sea para leer un libro, escribir un diario, realizar una caminata al aire libre o simplemente hacer la nada, mientras escuchamos a Luis Miguel e imaginamos que nos dedica un "te amo" en esa voz que suena sublime.

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Planifica las actividades en torno a la vida familiar

Organiza con tu pareja los días domingos, por ejemplo, las actividades de toda la semana. Decidan qué realizarán fuera de casa, cómo se pueden ayudar mutuamente en las tareas, etc; es decir, dictar qué compromisos queremos asumir y no dejar que los compromisos dicten nuestras vidas. Esto  ralentizará la vida familiar, la hará más agradable y menos stresada.

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Haz un tiempo con tus propios amigos

Llama a tus amigos o comparte un café con ellos. Muchas veces dejamos a nuestros amigos de lado cuando nos convertimos en madres y, sin embargo, ¡qué importantes son! Los amigos actúan como una válvula de liberación.

Un día para no trabajar

Si hasta Dios descansó al séptimo día después de crear el universo, ¿qué te hace pensar que tu mundo se derrumbará si decides un día no hacer nada de nada? Toma el ejemplo de Dios, y tómate el domingo. No cocines, puedes cederle el trono a tu marido por un día; dedícate a ver alguna película en familia mientras devoran palomitas de maíz; organiza una bicicleteada con tu familia y sal a disfrutar de las caricias del sol en tu cara. Verás qué fácil es acostumbrarse a no hacer nada, incluso para mujeres con súper poderes como nosotras.

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Comparte tus pasiones con tus hijos

¿Eras una maestra bailando salsa? ¿Te sentías Picasso frente al lienzo blanco? ¿Eras una campeona jugando Monopoly? Comparte tus habilidades con tu familia. Ellos descubrirán una nueva faceta en ti y te habrás divertido a lo grande.

Recuerda, hasta Superman necesita ser Clark Kent algunos instantes del día. ¿Cómo piensas hoy ser un poco más felíz? Escríbenos y cuéntanos. Dicen que la alegría es contagiosa; EntrePadres apuesta a eso.