Tienes un niño/a entre 3 a 5 años y alguna vez te has encontrado en una situación donde sólo querías que la tierra te tragase. A tu hijo le dio por tener una rabieta en público: en mitad de la calle, en el colegio, en el centro comercial, en mitad de una fiesta, en el parque, en la consulta del médico…
Consejos para lidiar con rabietas en público

No te preocupes, las rabietas en niños son algo normal en su desarrollo, pero debes saber cómo guiar estas situaciones para que no te sobrepasen, para que él no lo tome como una manera de dominarte y salirse con la suya en público, y sobre todo, para poder orientar a tu hijo hacia el buen comportamiento.
Te quiero dar algunos consejos para lidiar con rabietas en público puedas sobrellevarla lo mejor posible y que no acabe siendo un drama.
Previsora
Las rabietas más comunes se ocasionan porque el niño tiene hambre, sueño o está cansado. Así que procura salir de casa cuando tu hijo haya comido bien, haya descansado y a unas horas donde no haya peligro de cansancio. Igualmente, intenta tener siempre algún snack sano para que tu hijo pueda comer en el caso que le de hambre.
Tú conoces a tu hijo y debes saber qué circunstancias debes evitar. Por ejemplo, si vas a pasar por un lugar donde sabes que va a querer jugar o montarse en algún columpio y no hay tiempo, no pases por ahí. Busca alternativas. La frustración que puede sentir tu hijo al no ver cumplido un deseo le puede ocasionar una fuerte rabieta.
Sal del lugar
Cuando ha empezado la rabieta en mitad de un sitio público y te empiezan a entrar los calores de los nervios, respira hondo, piensa que eres madre de un niño y que es algo absolutamente normal.
Si ves que la rabieta va a más por un deseo incumplido de tu hijo, sal del lugar para poder hablar con tu hijo o esperar que se calme. Si la rabieta es en mitad de la consulta del médico, sal al pasillo, por ejemplo.
Nunca pierdas el control, no grites ni amenaces a tu hijo, así sólo conseguirás empeorar la situación. Mantén la calma e inténtale transmitir serenidad.
Después del sofoco
¿Qué te ocurre a ti cuando te sientes mal y has llorado mucho? Seguramente necesitas el abrazo de alguien que te quiera mucho.
Eso mismo le ocurre a tu hijo, después del sofoco de la rabieta, necesitará el abrazo de su madre y sentirse seguro. Saber qué ha ocurrido, por qué y cómo evitarlo la próxima vez.
No cambies las reglas, si decidiste que era el momento de irse a casa, después del sofoco, volved a casa. No cedas a sus pretensiones aunque se haya calmado.
Para la próxima vez intenta evitar estas situaciones. Por ejemplo, si sabes que va a ponerse alterado cuando acabe la salida al parque, avísale de cuánto tiempo le queda antes de marcharos a casa para que sepa a cuánto atenerse. O dile que cuando lleguéis a casa y acabéis los quehaceres leeréis juntos ese cuento que tanto le gusta.
No te avergüences
Si la gente se te queda mirando en mitad de una rabieta de tu hijo, no te preocupes. No pienses que te estarán criticando. Tú hijo no comprende de situaciones embarazosas y eres tú quien debe lidiar con ello y sólo tú sabes que es mejor para tu hijo.
Que a tu hijo le de una rabieta no significa que seas mala madre ¡ni mucho menos!
Lo que piensen los demás que no te importe, en esa situación sólo estás tú y tu hijo. Trátale igual que si ocurriera en casa.
Y no te preocupes, con paciencia, cariño, calma, una buena educación y la maduración natural de tu hijo, esas rabietas irán desapareciendo poco a poco.









