El momento de pasar de la cuna a la cama de "niño grande" es un gran transición tanto para el niño como para sus padres, que probablemente traerá desafíos. Existen estrategias para ayudar a tu pequeño a adaptarse a su nuevo sitio para dormir y para que lejos de ser una imposición estresante, se transforme en un logro. Te damos algunos consejos para la transición de la cuna a la cama.
Consejos para la transición de la cuna a la cama

¡Darle mucha importancia!
Conversa con tu pequeñito de este gran evento en su vida, entusiásmalo con la perspectiva de tener una cama propia de niño grande, y llévalo a elegir sus propias sábanas con dibujos para su nueva cama. Felicítalo por este nuevo paso y llénalo de mimos y de elogios.
Rutina
Es importante que el cambio de lugar no implique modificaciones en rutina de antes de dormir. Intenta mantener el mismo ritmo que ya mantenías de baño-cena-lavado de dientes-cuento-dormir (sea como sea en tu familia) para que la transición no se sienta demasido diferente para él.
Ayudas
Algunas cosas pueden ayudar a que el pequeño se adapte al cambio: llevar a su oso favorito a dormir con él, ofrecerle dejar un vasito con agua en su mesa de luz, tener un nuevo velador de luz tenue para la noche, quedarte un rato a su lado hasta que se duerma. Estos aspectos son importantes para que el cambio sea placentero y no traumático.
Firmeza y paciencia
Es normal que tu hijo se levante de la cama las primeras noches hasta que se adapte. Cuando esto suceda ten la firmeza de sostener el cambio pero con amor y paciencia: acompañándolo las veces que haga falta a su nueva cama, arroparlo y hacerle compañía. No pasará mucho tiempo para que se acostumbre a quedarse allí.
La transición de la cuna a la cama es como todas las etapas de crecimiento: con compañía, paciencia y mucho amor se atraviesa del mejor modo, y lo mejor que podemos hacer es acompañar a nuestros hijos en esos momentos de adaptación.









