Cómo transmitir amor al bebé antes de que nazca

¿Estás embarazada? ¿Cómo te sientes? Es posible que dentro de ti esté empezando todo un vaivén de emociones y sentimientos, algunos contradictorios, otros agradables y seguramente también, un montón de preguntas. Hoy quiero hablarte sobre un aspecto muy personal que toda mujer debe conocer en cuanto queda embarazada: cómo transmitir amor al bebé desde el momento que sabes la buena noticia. 

Hay un vínculo casi mágico que como madre, te une a tu futuro bebé desde que ha sido concebido, y no hay que esperar los nueve meses para que empieces a transmitirle todo tu amor. Hay algunas técnicas que te ayudarán a estar conectada con él y que seguro, te harán sentir esa magia de la maternidad mucho antes de que llegue a tus brazos.

A continuación te voy a explicar algunas de las maneras que como mamá, conecté con mi bebé cuando estaba en mi vientre, y estoy segura que te servirán para conectar con el tuyo. No busques respuestas, simplemente, siente.

Mira a tu hijo

Es algo obvio que no puedes mirarle directamente, pero sí puedes imaginarlo, pensar cómo está según la etapa del embarazo en la que te encuentres. Cierra los ojos, respira profundamente e imagina a tu pequeño con un aura de luz mientras crece dentro de ti.

Haz que se sienta acogido y seguro puesto que tú, como su mamá, vela porque esté bien y tenga todo lo necesario para crecer fuerte.

Háblale a tu bebé

Tu voz materna es el estímulo que mejor le sienta de todos los que reciba del exterior en los nueve meses de gestación. Tu voz es lo que siente de forma más intenta porque es lo que escucha todos los días. Tu futuro bebé reconocerá ese sonido y recibirá muchas emociones tuyas que les transmitirás. Es por este motivo que debes hablarle porque estarás estableciendo un contacto directo con él.

Siente a tu bebé dentro del agua

Si tienes oportunidad de acudir a una piscina donde puedas estar tranquila, o si tienes bañera en casa, ambas maneras te servirán para sentirle como un abrazo. 

Cuando te sumerjas sintonizarás de forma directa con tu bebé, mientras él nada en el líquido amniótico. En el agua los movimientos son más lentos y si estás en una piscina incluso podrás flotar dejando a un lado todas las tensiones y relajándote, recogiendo tus emociones.

Cierra los ojos, respira profundo y tarea una canción de cuna, verás que momento más maravilloso.