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Cómo enfrentar el síndrome del "nido vacío"

Quizás el primer asomo sobre el síndrome del nido vacío lo sintamos la primera vez que nuestro hijo va a la escuela, y con voz de autosuficiencia durante su primer día de clases nos dice: “Mamá ya soy grande”. Es justo en ese momento cuando sentimos esa punzada de dolor al ver que efectivamente nuestro hijo tiene razón; él debe seguir siempre caminando hacia adelante.

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Este pequeño adiós se va acentuando más y más con despedidas cortas por los paseos escolares, las vacaciones con los abuelos, salidas con los amigos y así poco a poco nuestro hijo crece, va a la universidad y antes de que nos demos cuenta nuestro hijito ha crecido.

¿Cómo hacerle frente a esta situación? Sigue leyendo EntrePadres porque en enseguida te daré algunos consejos para superar el síndrome del nido vacío.

¿Qué es el síndrome del nido vacío?

El síndrome del nido vacío se da en los padres cuando sus hijos han crecido y se establecido en otro lugar, ya sea por motivos de estudio, como su ingreso a la facultad, o matrimonio.

Como padres estamos acostumbrados a la presencia diaria y a la protección de nuestros hijos, pero al partir estos a emprender una nueva vida, es cuando sentimos un vacío. Algunos sienten tristeza otros padres lo toman como un símbolo de alegría, ya que hicieron un buen trabajo con sus hijos.

¿Qué hacer para enfrentar el vacío?

Relájate

Durante años estuviste al pendiente de tus hijos, ahora es momento de disfrutar de unos momentos de tranquilidad, ya sea en tu hogar o que salgas de vacaciones. Lo más importante será que te tomes un tiempo para ti.

Retoma alguno de tus proyectos

Cuando nuestra mente está ocupada por atender las necesidades de nuestros hijos, no dedicamos tiempo a pensar en nosotros, en lo que siempre deseamos hacer. Puede ser terminar tus estudios, realizar una maestría, pintar un cuadro, o escribir tus memorias.

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Viaja

Viajar es una excelente manera de redescubrir la vida. Tomar unas vacaciones ayudará relajarte, además de conocer otros lugares, culturas y personas.

Llama a tu hijo

No tienes por qué sentirte preocupado todo el tiempo por él. Puedes llamarlo de vez en cuando y saber cómo le va en su nueva vida. Así podrás seguir en contacto con tu hijo sin que él se sienta asfixiado.

Recuerda que los hijos "son prestados" y que tarde o temprano se tendrán que marchar para enfrentar nuevos retos en la vida. Así que no temas, y dile adiós al síndrome de nido vacío.