La agresividad está en nosotros, más en algunos que en otros, pero todos la podemos desarrollar, así como la podemos manejar. Cuando un hijo empieza a mostrar comportamientos de agresividad es una situación compleja, ya que los profesores, otros compañeros, apoderados, e incluso familiares, pueden volverse en nuestra contra y reclamarnos por su comportamiento. Por ello, en EntrePadres te brindamos herramientas para que sepas cómo disminuir la agresividad de tu hijo.
¿Cómo disminuir la agresividad de tu hijo?

Conoce la situación
Lo primero que debes hacer es conocer a tu hijo, ver en qué situaciones se comporta agresivo, cómo demuestra su enojo y cuántas veces lo hace para que puedas evaluar lo que está pasando. También debes identificar las emociones que siente tu hijo, si tiene rabia, frustración, ansiedad, irritabilidad, etc., ver qué emoción prima y cómo se gatilla en él.
Por ejemplo, puede ser que un compañero de curso lo esté molestando continuamente y tu hijo esté explotando por no saber qué hacer con esa presión, o que le esté pasando algo que no le gusta y lo demuestra con agresividad. Habla con tu hijo y pregúntale qué le está pasando, qué siente, sin reprocharlo, sólo escúchalo.
Recurre a un especialista
Primero visita a su pediatra y cuéntale lo que está pasando. Puede que tu hijo tenga una enfermedad que lo mantiene irritable, o puede que tenga una alteración que afecte sus emociones. Si el problema persiste será necesario acudir con un sicólogo, o un psiquiatra incluso, lo importante es ayudar a tu hijo para que se sienta bien y pueda convivir con los demás.

Trabaja con tu hijo
Como padre será mucho el trabajo que tendrás que hacer para ayudar a tu hijo a mejorar de su problema de agresividad. Tendrás que establecer un plan de comportamiento, donde tendrás que determinar qué pautas usarás en su enseñanza, como los castigos, así como las recompensas que le darás y en qué momentos.
Enséñale a tu hijo a manejarse
Enséñale a tu hijo técnicas de autocontrol y relajo, por ejemplo, que respire lentamente cuando sienta que pierde el control, o que se aleje un rato de la situación y prémialo cuando lo haga. Es importante que recuerdes que debes enseñar con el ejemplo, por lo que si tú te sabes controlar, será más fácil que tu hijo aprenda a hacerlo.

Si tienes problemas de agresividad con tu hijo, también puedes leer este artículo, donde te comentamos otras formas de manejar los comportamientos agresivos.









