¿Cómo ayudar a mi hijo a vencer los miedos?

Es normal que los pequeños sientan miedo. Miedo a la oscuridad, miedo a que un monstruo se esconda debajo de su cama o salga de su ropero, al mejor estilo de los adorables trabajadores del susto de la película Monsters Inc., miedo a las arañas, miedo a las víboras, incluso miedo a que sus padres desaparezcan.

A veces alcanza con quedarnos con ellos hasta que concilian el sueño, dejarles prendida una luz tenue de la habitación, o revisar junto con ellos cada lugar que les parezca apropiado para que un ser amenazante los sorprenda a la noche. Pero si los miedos persisten, es hora de buscar soluciones más específicas para que los niños puedan vencer sus miedos definitivamente.

Ayudando a tus hijos a vencer los temores

Tal vez lo mejor para ayudar a tu pequeño a ganarle la batalla a los temores sea aplicando la técnica de la modificación de la conducta, que aunque su nombre parezca muy rebuscado, estoy segura que sin saberlo, la aplicaste en otras circunstancias sin saber que ese era su nombre. Esta técnica es un proceso en el cual se plantean pequeños pasos para lograr un cambio en el comportamiento de la persona, a través de justamente pequeños pasos.

Si tu hijo le tiene miedo a las arañas, a las abejas (yo les tengo pánico, puedo correr dos kilómetros de distancia en diez segundos ni bien avisto una), víboras, y otros animalitos amenazadores, empieza por contarle historias, leerle un cuento o jugar un juego de mesa, que los tenga como protagonistas y les muestre otro costado de estos bichitos. También puedes organizar una visita al zoo o a una tienda de mascotas, donde tu pequeño las pueda observar, pero se sienta seguro de que los animalitos no se le acercarán.

Si tu hijo le tiene miedo a la oscuridad, recurre a elementos reconfortantes para él, y comienza a bajar gradualmente la luz de su habitación, leerle un cuento, compartir un momento abrazada a él, mientras contemplas las estrellas y la luna a través de la ventana. Cuéntale que así como el día es necesario, la noche también; aleja la connotación negativa que pueda tener para él la oscuridad, ya que en ella podemos apreciar la magia de la luciérnagas; tratar de distinguir las diferentes tonalidades de la luna; aguardar el paso de una estrella fugaz para pedirle un deseo, y finalmente, descansar para juntar fuerzas para vivir nuevas aventuras al día siguiente.

Miedos de los niños: lo que NO hay que hacer

Nunca minimizarlos, nada puede hacer tu hijo con lo que siente y no se le pasará por más que tú le digas que no sienta miedo. No obligues a tu hijo a hacer algo que le genera temor; esto sólo provocará ansiedad, frustración y más temor en él. Mucho menos burlarte de lo que siente. ¿En quién puede confiar tu pequeño si no es en tí, a quien le puede desnudar su alma y mostrarle aquello que lo puede hacer sentir avergonzado frente a otros?

Sólo se trata de dar pequeños pasos, que sienta que tu mano no lo suelta, que tu corazón permanece a su lado y que siempre estarás para ahuyentar los demonios más temidos.

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