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Cómo aplicar la estrategia "tiempo fuera" con los niños

Tu hijo parece estar conectado a un cable eléctrico de alto voltaje porque no ha parado en todo el día de molestar a los invitados en casa. ¿La solución? Mirarlo a los ojos y decirle: "tiempo fuera".

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Se le llama "tiempo fuera" a una estrategia utilizada por muchos padres para hacer que sus hijos se retiren durante algunos minutos a reflexionar sobre su comportamiento cuando éste ha sido inadecuado o conflictivo. Durante ese tiempo, el niño debería ser capaz de calmarse y tranquilizarse. 

Es una estrategia muy importante para la educación de los niños que aconsejo siempre para garantizar una educación emocional adecuada. De este modo los niños aprendan sobre sus comportamientos sin tener los padres que reprenderlos por lo hecho. ¿Quieres saber más?

La silla de pensar 

Lo primero que tendrás que hacer es elegir el lugar adecuado para colocar una silla que puedes llamar "la silla para pensar". El lugar debe ser en algún punto de la casa no muy transitado. 

Cuando tu hijo esté tranquilo y de buen humor tendrás que explicarle en qué consiste esa nueva silla. Puedes decirle que es un lugar tranquilo de la casa donde irá cuando no se comporte mal o necesite calmarse.

Hazle saber cuáles serán los malos comportamientos (pueden ser morder, llorar, empujar, gritar) y explícale que, si comete alguno, tu le dirás "tiempo afuera" y él deberá ir a la "silla para pensar". Dile cuánto tiempo estará sentado y que después de eso se podrá levantar.

Ver también: El ejemplo de dos padres que educan con disciplina y creatividad

Imagen Thinkstock

Un minuto por año de edad

Cuando ya tengas el lugar escogido deberás pensar el tiempo que tu hijo deberá permanecer en la silla. Este punto es muy importante que lo tengas en cuenta porque nunca deberá pasar un minuto más de la edad que tenga. Es decir, si tu hijo tiene 2 años tendrás que tenerlo sentado durante dos minutos, mientras que si tu hijo tiene 4 años deberá estar pensando durante cuatro minutos.

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Si con 4 años consideras que no tienen efecto los cuatros minutos puedes aumentar la mitad del tiempo (serían dos minutos más) para pensar. 

Si envías a tu hijo a su "silla de pensar" deberá ir inmediatamente después de lo ocurrido, nunca deberás esperar porque entonces la técnica no servirá. Por ejemplo, puedes decirle: "Javier, no se muerde. Vamos ahora mismo a la silla de pensar", y lo acompañas. 

Tendrás que hacerle visitas constantemente para saber que está pensando y poner un reloj con alarma para que sepa que estás pendiente de él. Si quieres puedes poner un monitor o intercomunicador para saber que tu hijo permanece sentado cuando lo mandes allí, sin necesidad de que tú estés presente para supervisarlo.

Si tu hijo no quiere estar en la silla, se levanta y se marcha, tendrás que reiniciar el tiempo o quedarte junto a él hasta que se termine el tiempo.

Cuando tu hijo vea que eres firme con esta estrategia y que es una consecuencia de su mal comportamiento, poco a poco irá respetando las reglas y evitará tener la misma conducta que lo dejó tiempo fuera.

Seguir leyendo: Por qué es tan importante NO gritar a los hijos