Para la mayoría de las mujeres el hecho de tener un hijo no presenta ninguna complicación. Quedan embarazadas sin problema, tienen su hijo en tiempo y sanamente. Lamentablemente, algunas mujeres no tienen ese privilegio y enfrentan dolorosas pérdidas antes de poder convertirse en madres.
Cerclaje del embarazo

Para poder ayudar a estas mujeres la medicina continuamente estudia, investiga y utiliza la tecnología disponible en el momento, creando métodos y técnicas que permiten llevar un embarazo a término.
Así se ha creado la técnica del cerclaje del embarazo, una intervención menor que cierra la parte alta del cuello del útero con una sutura especial para evitar su dilatación y poder así retener al feto en el útero materno el tiempo necesario .
Aproximadamente en la semana 37 se quita la sutura y el cuello queda libre para iniciar la dilatación cuando comience el trabajo de parto.
El cerclaje se puede hacer por vía vaginal o por una incisión abdominal, con anestesia epidural o general.
Esta técnica les brinda una esperanza a quienes han perdido embarazos o tenido partos prematuros a raíz de una dolencia conocida como insuficiencia cervical, también llamada cuello uterino incompetente o incompetencia ítsmico-cervical.
En estas mujeres los abortos se repiten casi siempre en el segundo trimestre, muchas comienzan sin contracciones y posteriormente se presenta la rotura de membranas. Un 25% de los abortos espontáneos producidos después de la semana 16 (cuarto mes de embarazo) son provocados por esta anomalía.
La enfermedad provoca que el cuello se abra y se adelgace antes de tiempo. El cuello debe abrirse cuando el embarazo llega a término para permitir la salida del bebé, que pasa por el cuello uterino y sale por la vagina.
Algunos especialistas piensan que en los casos congénitos, las mujeres que sufren esta insuficiencia cervical tienen el cuello uterino más corto de lo normal. Cuando no es un problema de nacimiento, la deficiencia pudo ser provocada por un parto traumático, el uso de fórceps, la dilatación quirúrgica antes de un legrado o raspaje.
Después del cerclaje se indica reposo con una aumento gradual de la actividad, aunque limitada. Se debe monitorear el estado del cuello, si se producen cambios generalmente se recomienda estricto reposo. Funciona en el 85 a 90% de los casos.









